Mientras compongo esta pieza, la acechanza de otra intervención armada planea sobre las cabezas de los venezolanos. El famoso mercenario Erik Prince (Blackwater), tras realizar unas declaraciones a finales de julio en las que amenazaba a Nicolás Maduro, puso en marcha hace unos días una cuenta regresiva cuyo final "marcará un cambio definitivo" en el país caribeño.
Prince habría lanzado una oferta al gobierno estadounidense y a la ultraderecha corinista —siempre que se pusieran de acuerdo en el monto de la recompensa— para perpetrar un golpe quirúrgico en Venezuela y capturar o eliminar al presidente y sus colaboradores más cercanos.
Podría tratarse de una balandronada neofascista cometida por Elon y su panda de súperricos para sembrar la incertidumbre y la zozobra en el pueblo venezolano… o de otro golpe de Estado como el protagonizado por Juan Guaidó, el general venezolano Cliver Antonio Alcalá Cordones, el mercenario Jordan Goudreau (Silvercorp) y Juan José Rendón. Una operación bautizada como Gedeón y "respaldada" por un contrato de 213 millones de dólares, firmado en octubre de 2019 y que trato de ejecutarse, sin éxito, en mayo de 2020, un mes después de que María Corina Machado fuese designada por Atlas Network y sus redes de influencia como sucesora del fracasado Guaidó.
En las últimas horas el gobierno venezolano anunciaba la intervención de más de 400 pistolas y fusiles de asalto y la detención de varios individuos, entre ellos un ciudadano norteamericano miembro en activo de los Navy SEAL y dos españoles a los que se identifica como agentes del CNI. Y en esta pugna por el relato nos podría parecer una "jugada oportuna" el descubrimiento de la intervención de los supuestos agentes españoles, pero tampoco sería la primera vez que nuestros espías contactan con la ultraderecha venezolana en los albores de un golpe.
En el ejecutado contra el gobierno de Hugo Chávez en 2002, la embajada española en Caracas y su responsable Manuel Viturro de la Torre —bajo las órdenes de José María Aznar— jugaron un papel activo de apoyo al autoproclamado Pedro Francisco Carmona Estanga. Mientras el presidente electo permanecía secuestrado, Viturro y el embajador norteamericano Charles Shapiro fueron los únicos diplomáticos que se reunieron con el golpista aquel 13 de abril de 2002.
Curiosamente Carmona, quien fungía como presidente de la patronal venezolana (Fedecámaras), andaba por Madrid los días previos al golpe, invitado por la CEOE, y en su agenda figuraba una reunión con el entonces ministro de Exteriores Joseph Piqué —9 de abril—, que finalmente se canceló y precipitó el regreso de Carmona a Caracas… faltaban dos días para el golpe.
Cambio 16 publicó en aquellas fechas que, durante su paso por Madrid, el mencionado mantuvo contactos con miembros del servicio de inteligencia español de la época, el Cesid.
María Corina Machado fue una de las firmantes del "Acta de Constitución del Gobierno de Transición Democrática y Unidad Nacional", también llamado "Decreto Carmona", el cual pretendía dar cobertura jurídica a un golpe fáctico que eliminaba de un plumazo la Constitución vigente y disolvía el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía General de la República, la Defensoría del Pueblo, el Consejo Nacional Electoral y la Asamblea Nacional.
El golpista Pedro Carmona Estanga dirigía en aquellas fechas Química Venoso, propiedad de Isaac Pérez Recao, uno de los principales promotores del golpe de 2002, llegando a organizar un grupo armado con elementos de la extrema derecha dirigido operativamente por el contralmirante Carlos Molina Tamayo, nombrado por Carmona jefe de la Casa Militar durante su breve mandato.
Los Recao, tras el golpe, se exiliaron a nuestro país, donde ya hacían negocios desde 2014 a través de Jesús Javier Vadillo Gutiérrez, experto en planificación fiscal nacional e internacional, derecho mercantil, reestructuraciones empresariales, fiscalidad en M&A e international tax planning, del despacho Prolaw.
En el exilio, y en los negocios, les acompañaba el contralmirante Carlos Molina Tamayo, con quien los Recao compartían intereses en la sociedad Alphastar Trading España sl.
Los capitales venezolanos se movieron a través de sociedades ligadas al despacho Asap Corporate Services sl, el mismo que creó Samos Servicios y Gestiones para Oleguer Pujol o Cornalata Servicios y Gestion sl, más conocida como Haya Real Estate sa, donde recala José María Aznar Botella o quien gestionaba los intereses de Lorenzo Alejandro Mendoza Giménez, empresario venezolano presidente de Empresas Polar.
Jesús Javier Vadillo Gutiérrez también representa, en nuestro país, al venezolano Roger Swidorowicz, agraciado por Ayuso con un suculento contrato de 5,6 millones de euros por material sanitario, envuelto en una curiosa polémica por la supuesta confusión entre la empresa de Swidorowicz Siga Dental Inc, la que realmente se llevó el contrato, y otra con igual denominación ubicada en Granada.
La última empresa en la que aparece Swidorowicz, en Panamá, se denomina Inversiones ac Portafolios S.A. y en su consejo de dirección aparecen otros dos empresarios venezolanos, César Miguel Alfonzo González y Diego Rodrigo Cordido Gasperi.
César Miguel Alfonzo González, curiosamente, está vinculado con los Recao a través de otra sociedad española en la que interviene Vadillo, Cesky Investments sl, con un capital de 1 264 805,00 euros.
Vadillo Gutiérrez es patrono de la Fundación Pablo Horstmann, donde coincidió con el exministro de Justicia del PP de Aznar, José María Michavila, y con Ana Fornieles Cañadas, que en 2015 formo parte de la candidatura de Ciudadanos al Ayuntamiento de Alcobendas; Ana Fornieles fue una de las hooligans de Alvise Pérez que participaron en la campaña de odio contra la diputada de Podemos Martina Velarde.
Michavila fundó en 2007 junto con Shakira, Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Juanes y un nutrido grupo de artistas latinoamericanos la fundación de Ayuda a la Infancia en América Latina ALAS. Muchos de estos artistas participaron en el Venezuela Aid Live, un evento musical organizado en 2019 por la ultraderecha venezolana, acompañado de una supuesta operación de entrada de ayuda humanitaria a Venezuela, la cual se realizaría por medio de los puentes internacionales de la Tiendita y Simón Bolívar en San Antonio del Táchira y Ureña en el Estado Fronterizo del Táchira, evento que ocultaba la enésima intentona para desestabilizar el gobierno de Maduro.
El exclusivo elenco de clientes de Vadillo incluye a Pedro Campos Calvo Sotelo, empresario y regatista, íntimo del emérito y anfitrión en las escapadas de este por España.
Sirva este incompleto y sucinto recorrido por tres de los episodios protagonizados por la ultraderecha venezolana para demostrar que nunca ha sido una opción democrática para Venezuela, y para constatar cómo ha aprovechado cada cita electoral para instigar la violencia y forzar un cambio de lo que ellos denominan régimen; contemplando en cada ocasión la intervención militar de los EE.UU. y contratando mercenarios para provocar sus objetivos.
Sirva también para demostrar cómo nuestro país ha sido refugio para los capitales de la élite extractivo-golpista venezolana, cuyo rastro de sangre se puede seguir hasta la "Little Caracas" de los Recao, Capriles, López o Ledezma, por citar unos pocos.
Atlas Network, Aznar, María Corina
Este último episodio de guerra híbrida contra Venezuela comenzó a planearse a principios de 2020; por aquellas fechas, los autores intelectuales del golpe perpetuo dieron por amortizado a Juan Guaidó, y designaron a María Corina Machado sucesora del autoproclamado presidente.
Ella, quien ya formaba parte del contubernio de grupos ultra que gestaron la Carta de Madrid, patrocinada por Vox, recibió el espaldarazo definitivo en abril de ese mismo año en una ceremonia de la Fundación Internacional para la Libertad —uno de los chiringuitos neoliberales de la red de Atlas Network— oficiada por José María Aznar y Vargas Llosa. La Dama de Hierro del Caribe aparecía entre los 10 primeros "espadas" que firmaban el manifiesto para "que la pandemia no sea un pretexto para el autoritarismo".
En mayo, un mes más tarde de ser designada sucesora de Guaidó, se ejecutaba la operación Gedeón.
Machado se convirtió a partir de ese momento en una de las habituales en los actos de promoción organizados por la transnacional libertaria, acompañada de los autores intelectuales de la estrategia contra el comunismo, participando en conferencias, coloquios y otros encuentros que la iban posicionando y ayudando a recaudar fondos.
Una de las plataformas de Atlas Network vinculada a Vente Venezuela y a María Corina es la Red Liberal de América Latina (Relial). Pedro Alejandro Urruchurtu Noselli, miembro de la mesa directiva de dicha organización, es el coordinador de asuntos internacionales del partido en cuestión, quien ya había sido acusado en 2023 de "traición a la patria", "asociación para delinquir", "conspiración" y "legitimación de capitales" por trabajar para los intereses de otro país en la disputa territorial por el Esequibo entre Venezuela y Guyana, una campaña financiada por la petrolera ExxonMobil, compañía estadounidense que aporta jugosos capitales a la red de Atlas Network.
En aquella trama también se identificó a Roberto Abdul-Hadi Casanova Gazan, presidente de Súmate, la organización fundada por María Corina Machado que aparece involucrada en la publicación de las supuestas actas que avalaban la victoria de Edmundo González Urrutia en las elecciones presidenciales recientemente celebradas.
Urruchurtu es uno de los opositores refugiados en la embajada argentina en Caracas.
De aquel manifiesto, auspiciado por Aznar y que designó a María Corina como lideresa, se pueden rescatar a los padrinos ideológicos y financieros del invento, entre los "abajo firmantes" del documento:
El exalcalde golpista de Caracas, Antonio Ledezma, el también golpista Leopoldo López Gil y su madre Antonieta Mendoza de López forman la terna que otorga continuidad ideológica y estratégica al posicionamiento de María Corina.
Entre los empresarios firmantes del manifiesto está Rafael Alfonzo, presidente del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice), una plataforma perteneciente a la red Atlas Network. Alfonzo también fue presidente de la Cámara de Industriales de Caracas, de Cavidea y de Conindustria, entre otras organizaciones empresariales venezolanas.
Óscar García Mendoza, banquero venezolano de quien se sospecha que da cobertura a la financiación de Vente Venezuela: "Desde sus cuentas en Cayman National Bank and Trust y su entidad financiera en Miami, Novopayment Bank, salen pagos para mantener las operaciones de la dirigente María Corina Machado, el portal PanAmPost y sus trabajadores Orlando Avendaño y Jovel Álvarez. Aunque Cayman National Bank and Trust no tiene mucha publicidad, maneja importantes capitales como las cuentas de Empresas Polar, para pagar a sus empleados los complementos en el extranjero".
Marcel Granier Haydon, presidente de Radio Caracas Televisión, implicado en el golpe contra Chávez de 2002.
Guillermo Zuloaga fue dueño, socio principal y presidente de Globovisión, acusada en 2002 de apoyar el golpe de Estado por deformar la verdad y de promover una agenda "desestabilizadora", una de las cadenas pioneras en articular campañas de odio y desinformación en Venezuela. En 2009 todavía servía de plataforma de difusión a los pronunciamientos del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice) contra las políticas del gobierno de Hugo Chávez; y por último, Carlos Zuloaga, hijo del anterior, que comparte membresía en la Mont Pelerin Society, con Brad Lips, director ejecutivo de Atlas Network.
Podemos concluir que María Corina Machado y su "Tamames" particular, Edmundo González Urrutia, son producto del mismo laboratorio neoliberal del que salieron Ayuso, Cayetana o Javier Milei, entre otros iluminados —por la antorcha de la libertad—.
También podemos constatar que las estrategias golpistas y de guerra sucia implementadas en Latinoamérica por esta red de organizaciones, financiadas por el Departamento de Estado de EE.UU., nunca han contemplado una salida democrática para el "asunto" venezolano sino que, por el contrario, han usado los procesos democráticos de voto para tratar de desestabilizar el sistema denunciando fraudes continuos —por otra parte nunca demostrados—, y cuya única pretensión es sembrar la duda, el desconcierto y un caos con vistas a perpetrar el enésimo golpe de Estado.
Seguiremos informando.
Este artículo fue publicado originalmente en Diario Red el 20 de septiembre de 2024.