El acontecimiento geopolíticamente sísmico de esta era es la explosión del número de miembros de los BRICS, y del número aún mayor de miembros potenciales. Este movimiento ha cruzado un umbral clave. Ha pasado de la multipolaridad "suave" a ser una expresión anticolonial, un cambio que no debe subestimarse. Se trata de un ethos que extrae energía de profundas capas de pasiones que fueron sofocadas en los años inmediatos a la posguerra, pero que están resurgiendo para dotar al marco multipolar de un dinamismo evidente.
En la actualidad, son ocho países que han solicitado formalmente la adhesión y otros 17 que han expresado su interés en unirse. Si Arabia Saudita y Rusia son miembros, dos de los tres mayores productores de energía están en el mismo campo.
Si Rusia, China, Brasil e India son todos miembros, habrá cuatro de los siete países más grandes del mundo medidos por masa terrestre, (que poseen el 30% de la superficie seca de la tierra y los recursos naturales relacionados con ella) como miembros del BRICS.
Casi el 50% de la producción mundial de trigo y arroz, así como el 15% de las reservas mundiales de oro se encuentran en los BRICS.
Mientras tanto, China, India, Brasil y Rusia son cuatro de los nueve países con más habitantes del planeta, con una población conjunta de 3 mil 200 millones de personas, es decir, el 40% de la población de la tierra.
"China, India, Brasil, Rusia y Arabia Saudita tienen un producto interno bruto (PIB) de 29 billones de dólares, es decir el 28% del PIB nominal mundial. Si se utiliza la paridad del poder adquisitivo para medir el PIB, la cuota de los BRICS supera el 54%. Rusia y China poseen dos de los tres mayores arsenales nucleares del mundo.
"Por donde se mire, población, masa continental, producción de energía, PIB, producción de alimentos y armas nucleares, los BRICS no son solo otra sociedad multilateral de debate. Son una alternativa sustancial y creíble a la hegemonía occidental", afirma Jim Rickards.
Con un nuevo marco de divisas comerciales que probablemente se anunciará en agosto en su próxima cumbre, la moneda descenderá sobre un público muy receptivo. Caerá en una red de capital y comunicaciones cada vez más sofisticada. Esta red aumentará enormemente sus posibilidades de éxito.
El principal error es no distinguir entre las funciones respectivas de una moneda de pago (comercial) y una moneda de reserva. Las monedas de pago se usan en el comercio de bienes y servicios. Las naciones pueden comerciar con la moneda de pago que deseen; no tiene por qué ser en dólares. Sin embargo, al hacerlo (en gran medida) la demanda del dólar se agota progresivamente. En última instancia, esta pérdida de demanda extranjera de dólares limita la capacidad de Estados Unidos para seguir gastando muy por encima de sus ingresos.
Zuma explicó que la guerra en Ucrania está "vinculada con la existencia de los BRICS" y que la OTAN busca debilitar a este grupo para evitar que pierda su influencia a nivel internacional.
— MV (@Mision_Verdad) June 22, 2023
Lo que ha definido una moneda de reserva ha sido un mercado de bonos soberanos amplio y bien desarrollado. Ningún país del mundo se acerca al mercado de bonos estadounidense en términos de amplitud y convertibilidad.
Por ello, el personal financiero occidental se burla de la posibilidad de que el dólar pierda su hegemonía. Pero quizás olvidan que no hubo mercado de bonos estadounidense hasta la Primera Guerra Mundial, cuando Woodrow Wilson autorizó los bonos de libertad (Liberty Bonds en inglés) para ayudar a financiar la guerra. Hubo mítines y desfiles de bonos de la libertad en todas las grandes ciudades. Comprar bonos se convirtió en un deber patriótico. El esfuerzo funcionó y dio origen al mercado de bonos estadounidense.
En resumen, la forma de crear una moneda de reserva instantánea es crear un mercado de bonos instantáneo utilizando a tus propios ciudadanos como compradores dispuestos. Como Jim Rickards señaló con anterioridad, si los BRICS "usaran un modelo patriótico" (aprovechando el actual espíritu anticolonial que recorre dichos países) sería posible crear activos de reserva internacionales denominados en la moneda (comercial) de los BRICS.
Además, los recientes experimentos dirigidos por el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) sobre transacciones de divisas en tiempo real y digitales del Banco Central prometen transformar este proyecto y reducir sustancialmente la necesidad de una gran reserva de activos.
Hasta hace poco, occidente había ridiculizado significativamente el proyecto BRICS. Pero por fin se está dando cuenta de que la iniciativa tiene el potencial de poner patas arriba tanto la geopolítica como el sistema monetario internacional.
Este mes, el presidente del Eurasia Group, Cliff Kupchan, escribió en la revista Foreign Policy que "Seis Estados pendulares decidirán el futuro de la geopolítica".
"Hoy en día, las potencias intermedias tienen más influencia que nunca desde la Segunda Guerra Mundial. Son países con una influencia significativa en la geopolítica. Mucho más interesantes, sin embargo, son las seis principales potencias del Sur Global:
"Brasil, India, Indonesia, Sudáfrica y Turquía. Estos estados pendulantes del Sur Global no están totalmente aliados con ninguna de las superpotencias y, por tanto, son libres de crear nuevas dinámicas de poder. Estos seis países son también un buen barómetro de las tendencias geopolíticas generales.
"(…) la pregunta sigue siendo si los estados BRICS van a convertirse en una institución más formal bajo la dirección de China… Esa perspectiva es un claro desafío a occidente… Pero es poco probable que la amenaza se materialice. Puede que dichos países se hayan distanciado de Estados Unidos, pero eso no es lo mismo que unirse a un organismo dirigido por China y asistido por Rusia que se oponga activamente a Estados Unidos. Por el momento, los BRICS no han demostrado capacidad para desarrollar e implementar una agenda común, por lo que existe muy poca fuerza institucional que China pueda cooptar".
Las gríngolas están puestas. La clase dirigente occidental no "lo entiende". El artículo de Kupchan concluye en que "Estados Unidos ha estado jugando a ponerse al día y ni siquiera lo ha hecho muy bien". Necesita una energía bien elaborada para cada uno de los principales estados pendulares (para detener su "alejamiento" de Estados Unidos hacia el eje Rusia-China), advierte. Armamento, amenazas y coerción, presumiblemente, como de costumbre.
¿Ponerse al día? El caballo ya escapó. El establo está vacío.
Este artículo fue escrito por Alastair Crooke para English.almayadeen el 24 de junio y fue traducido para Misión Verdad por Camila Calderón.