A sólo cuatro días de las elecciones en Bolivia, el Movimiento Al Socialismo (MAS), partido que lidera Evo Morales, ha logrado acumular fuerzas para lograr una muy posible victoria electoral luego de que se cumpliera casi un año del golpe de Estado que repercutió en masacres, persecuciones políticas y violencia contra los movimientos sociales por parte del gobierno de facto de Jeanine Áñez.

Bolivia elegirá este 18 de octubre a su presidente, vicepresidente, senadores y diputados por el periodo 2021-2026.

Arce acudió al departamento central de Cochabamba, este martes 13 de octubre con un acto masivo en el estadio municipal de la ciudad de Sacaba.

Luis Arce, candidato presidencial del MAS, es primero en las encuestas seguido de Carlos Mesa, con posibilidad de una segunda vuelta entre ambos.

"Este 18 de octubre iremos a votar por la liberación de Bolivia, iremos a ganar las elecciones", expresó Arce en su discurso en Sacaba.

El MAS, que ahora postula como candidato electoral al que fuera ex ministro de Economía del gobierno de Evo Morales, permanece en un primer sitial en las encuestas, pero alejado de aquellos históricos 64 puntos de porcentaje que en 2014 dieron la victoria a Morales para un tercer mandato.

Sin embargo, la ausencia de Evo Morales de Bolivia no ha impedido que el MAS se mantenga como la principal fuerza política en el país.

"El MAS sigue siendo el partido de los pobres", dice a EFE Sebastián Michel, uno de los voceros del MAS, cuando se le consulta sobre las razones por las que esa agrupación política mantiene su fortaleza aún sin Morales como principal candidato.

A juicio de Michel, el MAS es un mero instrumento por el que los sectores populares de Bolivia, principalmente trabajadores e indígenas, "pueden gobernarse a sí mismos", cuidando sus principales reivindicaciones en cuestiones como el salario, la estabilidad laboral o aspectos referidos a la identidad y la no discriminación.

Por su parte, el analista político Carlos Cordero considera que una buena parte de la ciudadanía boliviana guarda una fuerte gratitud con el MAS y Evo Morales, además de que "seguirá siendo un partido político influyente en los próximos 10 ó 15 años".