El presidente Joe Biden anunció el 9 de septiembre un acuerdo multinacional sobre ferrocarriles y puertos que uniría Europa, Asia occidental y Asia meridional. La alianza conocida como Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa (IMEC) se estableció en una reunión paralela a la cumbre del G20 en Nueva Delhi y es una estrategia de la Casa Blanca para contrarrestar la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) de China y el Corredor de Transporte Norte-Sur (INSTC) de Rusia e Irán.
Biden se refirió al hecho como un "verdadero gran negocio" que conectaría puertos y expandiría el comercio en dos continentes, obviamente presentándose como un inversor alternativo a las alianzas que ya se han establecido.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, había aunciado que Israel "será un cruce central en este corredor económico", que unirá a Israel y Arabia Saudita, por ellos la insistencia de Estados Unidos para convencer a los saudíes de que normalice las relaciones con Israel como parte de los Acuerdos de Abraham.
Esta iniciativa daría inicio a una competencia de corredores comerciales entre Estados Unidos y China, Rusia e Irán. El INSTC moviliza un importante flujo de carga de mercancías en gran parte de Eurasia al subcontinente indio.
Lo irónico de este corredor es que termina en el Puerto del Pireo, en Grecia. ¿A quién pertenece ese puerto? A China, desde 2014. Dicho puerto es considerado la gran puerta de entrada de los productos asiáticos a Europa.