El empobrecimiento de Europa empezó a notarse cuando se convirtió en el destino turístico preferido de los estadounidenses, atraídos por precios más asequibles para ellos, dice Arnaud Leparmentier, corresponsal de Le Monde en Nueva York.
Argumenta que en 2008 la eurozona y Estados Unidos tenían productos internos brutos (PIB) equivalentes a precios corrientes de 14,2 billones de dólares y 14,8 billones de dólares respectivamente (13,1 billones de euros y 13,6 billones de euros). Quince años después, el PIB de la eurozona es de poco más de 15 billones de dólares, mientras que el indicador de Estados Unidos se ha disparado a 26,9 billones.
Actualmente la brecha del PIB es ahora de 80%. El Centro Europeo para la Economía Política Internacional, un grupo de expertos con sede en Bruselas, hizo una clasificación del PIB per cápita de los estados de EE.UU. y europeos y los resultados son alarmantes. Italia está justo por delante de Mississippi, el más pobre de los 50 estados, mientras que Francia está entre Idaho y Arkansas.
Desde la pandemia Europa está estancada, y con la guerra en Ucrania se terminó de hundir. Alemania, cuya economía robusta en algún momento constituía el sostén simbólico de la economía del bloque, ya no es ni la sombra de lo que era. El proceso de desindustrialización y la recesión técnica así lo demuestran.
Así, se afianza la brecha entre economías y Estados Unidos asegura su supremacía frente a la eurozona.