Ecuador vive uno de los periodos de mayor violencia criminal en las calles, incluso ha llegado a tal punto que el gobierno decretó estado de excepción en tres provincias para contener el crimen organizado que ha tomado las cárceles.

La violencia se extendió a las calles luego de que las autoridades trasladaran a mil reclusos. Carros-bomba en las gasolineras, ataques a unidades policiales y centros de salud, así como un motín en la cárcel, en la que recibieron a las fuerzas de seguridad con disparos, es parte de lo vivido en Guayaquil recientemente. Aún se mantiene el toque de queda entre las 9 de la noche y las 5 de la mañana.  

Sin embargo, no es de ahora. El estado ha ido perdiendo el control de la situación y, desde 2021, la violencia carcelaria suma más de 400 muertos. En líneas generales, el crimen en todo Ecuador ha aumentado. "El sicariato y las tasas de homicidios se han multiplicado en los últimos años, pasando de 5,8 muertes por cada 100 mil habitantes en 2017 a 14,4 en 2021, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC)", reseña Newtral.

Ante este situación, el gobierno de Lasso atribuyó el aumento de la delincuencia a grupos narcotraficantes extranjeros. Analistas advierten que primero llegó, desde Colombia, el Cartel de Sinaloa y, posteriormente, Jalisco Nueva Generación.

Que Ecuador se haya convertido en una gran plaza de droga a disputarse por dos carteles extranjeros es una muestra de la falla del estado en seguridad. Durante los últimos años del anterior gobierno de Lenín Moreno, y ahora en el actual de Lasso, el ejecutivo ha promovido una política de austeridad que ha reducido el peso del sector público, esto se ha visto, sobre todo, en la ausencia de inversión en seguridad y la falta de una estrategia nacional. Los últimos gobiernos han ido desmantelando el estado.