Recientemente, el candidato de Primero Justicia (PJ) para las primarias opositoras del 22 de octubre, Henrique Capriles Radonski, anunció a través de una carta su decisión de no continuar en el proceso a causa de la inhabilitación que pesa sobre él.
Más allá del "compromiso inquebrantable" que en su misiva dice tener con Venezuela y su futuro, la misma revela la profunda fractura interna existente en ese bloque opositor que, más allá de achicarse, pareciera ampliarse con mucha más fuerza ya no solo ante la realización de las primarias, sino para los eventos que posteriormente a ella se deriven.
Si bien no son secretos los profundos desacuerdos que históricamente mantienen los liderazgos de las oposiciones, en esta ocasión pareciera que se está disputando una estrategia, una narrativa y hasta un proyecto de cómo debería abordarse la relación con el gobierno nacional, todo esto en un marco donde la lucha entre los egos por cuotas de poder es crónica. Por ello esa apelación que hace de que el contexto actual "nos necesita a todos, sin mezquindades ni intereses personales".
El anuncio de Capriles, encuadrado en este escenario, profundiza y agudiza las divergencias de cara a nuevos pronunciamientos que se sumarían a las ya conocidas renuncias de las juntas electorales y miembros de la Comisión Nacional de Primaria, que podrían estar signando de manera definitiva la realización de las elecciones opositoras.
Días después de las declaraciones del excandidato de PJ, Voluntad Popular (VP) decidió retirar la candidatura de Freddy Superlano a favor de la aspirante María Corina Machado de Vente Venezuela (VV).
Más allá de lo obvio
La frase "pongo mi candidatura a la primaria a la orden de las bases que me eligieron en mi partido", más allá de señalar un paso al costado del candidato de PJ, característica de un liderazgo supuestamente "desprendido", podría estar señalando el camino hacia terminar de dinamitar otras postulaciones que, al igual que la de Capriles, no podrían dar certidumbre a los electores opositores de cara a las presidenciales de 2024, por las inhabilitaciones que pesan sobre ellos.
Por encima de condenar la inhabilitación, cosa que realiza en varios párrafos de la misiva, la misma expone y cuestiona la estrategia de otros candidatos que, estando en su misma situación, siguen apostando por la presión que lleve al levantamiento de las inhabilitaciones que permitan la participación en las presidenciales de 2024.
Cuando Capriles afirma que "la discusión y el debate no puede ser mi inhabilitación", deja en evidencia que las primarias podrían estarse usando para negociar cuotas de poder a costa de la escogencia de una personalidad que enfrente al candidato del chavismo.
Aquella frase da argumentos que permiten resituar la discusión, ya no en unas primarias ineficientes para la escogencia de una candidatura, sino en la construcción necesaria de un consenso de cara a una propuesta viable en términos electorales.
Esta visión choca con la narrativa de "hasta el final" de María Corina Machado, que presenta las primarias como el acto de unción o coronación de un liderazgo opositor en el que se erigiría como única líder de ese sector —atendiendo a las encuestas de empresas ligadas a las oposiciones—, desconociendo con ello lo diverso y amplio que es ese espectro político, al menos desde 2019.
Además, recuerda mucho al "vamos a Miraflores" durante los acontecimientos previos al golpe de Estado de abril de 2002, que inauguró formalmente las vías violentas características del accionar de gran parte del espectro opositor venezolano.
Ciertos estudios parecen validar la implementación de acciones violentas en torno al proceso de primarias. Así, el Observatorio Venezolano de Violencia asegura que dos quintas partes (41%) de la población estaría dispuesta a protestar contra el gobierno, 37,8% asegura que se manifestaría si se impidiese la realización de las primarias y 42% dijo estar dispuesto a dar la pelea en la calle si el candidato ganador en las primarias no logra inscribirse en las elecciones presidenciales.
Las denuncias de aquellos que no quieren que sus datos aparezcan en las primarias son comprensibles, especialmente cuando el proceso electoral ha estado marcado por irregularidades y manipulaciones. https://t.co/0BqFEOXYLg
— MV (@Mision_Verdad) September 7, 2023
Con este enfoque, las primarias estarían siendo un globo de ensayo para reactivar la agenda de violencia política en el país, a la usanza de 2014 y 2017. Quizá por este motivo se observe una referencia constante, realizada por el líder de PJ, a que la salida de la situación actual debe ser a través de la participación política y electoral pacífica.
Ante ese escenario, el presidente Nicolás Maduro ha ordenado el despliegue de las Unidades Populares para la Paz (Uppaz) y el Consejo Especial por la Paz (Cepaz), anticipándose a posibles amenazas de desestabilización.
Sobre lo evidente
La carta no es un reclamo contra las inhabilitaciones, es un emplazamiento a María Corina Machado y a Freddy Superlano, ambos inhabilitados como Capriles, a asumir posturas racionales con vistas a las elecciones primarias. Es una exigencia de construcción de un programa de consenso que permita representar al sector opositor más allá del liderazgo que lo asuma.
Aunque esa no sea la visión que tanto Capriles como su partido PJ intentan posicionar, es lo que se observa en las reacciones que critican la decisión del líder de la tolda amarilla. Él sabía que estaba inhabilitado desde el mismo momento de su inscripción para las primarias, pero en esa ocasión los argumentos de hoy no fueron sopesados ni valorados por el político.
Pero pensar solo en estos aspectos significa no querer ampliar el análisis ignorando lo evidente, en este caso enfocado en el debilitamiento del liderazgo de Capriles Radonski y PJ como opciones electorales reales para captar el voto opositor. A pesar de que muchas encuestas lo colocaban posicionado en segundo lugar, la distancia en relación con Machado era muy amplia.
Así, la inhabilitación sería la excusa perfecta para salirse de un proceso que le afectaba en lo inmediato, confiando en que futuras negociaciones entre Estados Unidos y Venezuela pudieran modificar su estatus dentro del liderazgo opositor —incluido, quizá, un levantamiento de la inhabilitación que resulta muy lejano—.
Y si la carta no especifica a quién apoyaría Capriles ni su partido, cosa que se ha evitado por completo a diferencia de VP —cuya agenda desestabilizadora siempre ha estado a tono con la de Vente Venezuela—, PJ tiene una estructura que le permitiría a su candidato una movilización de cara a las primarias, aunque ello ya dejaría en entredicho la participación de la militancia en el mismo proceso pues quedó clara la negativa de apoyar a candidatos inhabilitados; eso sería entrar en una contradicción.
A pocos días de unas primarias sui generis
Sin entrar en los problemas intrínsecos que tiene la realización de las primarias como un ejercicio electoral eficaz, sobre todo en lo atinente a los inconvenientes relacionados con la autoorganización que eleva las posibilidades de vulneración de seguridad del voto, del material electoral, de la seguridad física de los lugares que se usarán como centros electorales y de los mismos electores, la apuesta de un sector opositor sigue siendo su realización, a pesar de que del resultado no surja la o el candidato que están esperando obtener.
El debate que se generará el día después de las primarias giraría entonces en si se avanzará en la vía de la confrontación que apuesta por el lema "hasta el final". Esto arriesgaría y desgastaría un capital electoral en una exigencia —levantamiento de la inhabilitación— que no sucederá, o en buscar caminos (complicados) que permitan sustituir la candidatura ganadora de las primarias, pero inhabilitada para participar en unas elecciones presidenciales.
Este escenario, al que se le debe sumar la existencia de otras candidaturas opositoras que no están incorporadas en la lógica poco transparente de las primarias, hace muy difícil la unidad opositora en la ruta hacia unas elecciones en las que sus liderazgos parecen atender más a cuotas de poder e influjo en el antichavismo nacional e internacional que en llevar a cabo algún tipo de programa político serio ante el país.