Por la época de la Administración Donald Trump se hizo visible una realidad que ocurre desde mucho antes; caravanas de migrantes de distintas partes de Centroamérica que se dirigían hacia el norte por las carreteras de México, consecuencia directa de los planes que funcionarios de la Casa Blanca, como Joe Biden, promovieron en los países de la región para “resolver” con políticas neoliberales los problemas causados por el propio funcionamiento del capitalismo, a saber, la violencia irregular, el narcotráfico y el aumento de la pobreza.
Las noticias permanecieron durante algún tiempo y fueron utilizadas para atacar la gestión del expresidente Trump, obviando las razones estructurales del fenómeno.
Otro momento estelar que tuvo la cotidianidad de los migrantes centroamericanos en los medios de comunicación y las redes sociales ocurrió cuando los cuerpos sin vida de los salvadoreños Óscar Alberto Martínez, de 25 años, y su hija Angie Valeria, de 23 meses, fueron hallados flotando en las orillas del Río Bravo.
La trágica imagen dio pie para conocer los riesgos que deben sortear las personas que deciden abandonar su país de origen para irse a un territorio en el que su destino es incierto.
México y Estados Unidos comparten una frontera de aproximadamente 3 mil 100 kilómetros, casi la tercera parte ha sido bloqueada con muros y vallas metálicas. El oeste es una zona desértica y semidesértica que divide los estados norteamericanos de Nuevo México, Arizona y California con Chihuahua, Sonora y Baja California; en el este, el Río Bravo (Río Grande en Estados Unidos) divide a Texas de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
7 mil 511 migrantes han fallecido en esa frontera entre 1998 y 2018, según los registros de las autoridades de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). Aunque las cifras de muertes reportadas por las agencias estadounidenses han ido disminuyendo en los últimos años, está ocurriendo un desplazamiento del foco principal, antes ocupado por la región desértica de Arizona, que ahora recae en la región por donde pasa el Río Bravo.
En la zona de McAllen, por ejemplo, se han registrado 850 fallecimientos en los últimos siete años del periodo 1998-2018.
Aparentemente, los migrantes centroamericanos optan por esa ruta para evadir los controles migratorios de otros lugares, a pesar de que las condiciones para cruzar el río nadando o en balsas es riesgoso. El Río Bravo tiene algunas parte donde es poco hondo, pero que aún así puede llegar hasta 2.5 metros de profundidad. Para cruzar al otro lado hay que recorrer entre 5 y 15 metros de distancia. Las crecidas causadas por los periodos de lluvias aumentan el peligro.
Esta descripción del escenario que enfrentan hombres, mujeres y niños de México, El Salvador, Honduras y Guatemala al momento de atravesar el Río Bravo es necesaria para plantear escepticismo ante el show montado recientemente con los migrantes venezolanos que supuestamente tuvieron que recurrir a esa ruta para llegar a Estados Unidos.
El informe de Sures
El simple hecho que las historias que ocuparon las portadas de los medios occidentales fueron de ciudadanos del país al que hostigan por su posición política contraria a los intereses de Estados Unidos en la región latinoamericana ya causa suficiente sospechas, conociendo además el registro de relatos sobredimensionados de la migración venezolana en Sudamérica, que terminan siendo espectáculos para recaudar dinero del que poco o nada ven los venezolanos en los países de acojo.
Profundizando en los detalles sobre los migrantes venezolanos caminando el Río Bravo se detectan irregularidades que aumentan la incredulidad, al punto de llegar a sugerir que el suceso fue una puesta en escena con objetivos netamente políticos, lo que no sería inusual en el comportamiento de los enemigos de Venezuela.
En ese sentido, traemos a colación el informe de la organización venezolana Sures titulada Montaje y uso de matrices sobre migración venezolana. Caso Río Grande de EE.UU.
La organización venezolana especializada en el tema migratorio describe las acciones de los medios de comunicación en los días que se viralizó la noticia y el relato que difundieron sobre el trayecto que los venezolanos dicen que hacen, para luego desmontarlos con otros datos.
Periodistas de Fox News, Daily Caller, LMTonline, Reuters, Border Report y Bill Melugin tenían varios días de operaciones de propaganda anteriores al día que las fotos, videos y testimonios tomados por el reportero de derecha Jorge Ventura, de Daily Caller, y el fotógrafo Go Nakamura, de Reuters.
Esto fue difundido por medios del ala republicana estadounidense y por medios de extrema oposición al Gobierno venezolano como El Pitazo, El Nacional, Efecto Cocuyo, entre otros.
A partir del 27 de mayo, agencias de noticias como Reuters se hicieron eco de la noticia en un intento de viralización del tema “migrantes venezolanos” en tono de alto dramatismo, amarillismo y manipulación politizada.
La ruta que estarían tomando los venezolanos para llegar hasta el cruce fronterizo de Río Bravo, según los testimonios de personas no identificadas consultadas por medios de comunicación, saldría desde el estado Zulia y La Guaira hacia Ciudad de México en avión (en el caso del Zulia yendo por tierra hacia Bogotá), después otro vuelo a Monterrey para continuar a Ciudad de Acuña por tierra. El precio por esos traslados, sumado a otros pagos que se les hace a coyotes venezolanos (personas que se dedican al negocio de pasar ilegalmente a migrantes por las fronteras de EEUU) daría un total aproximado de 3 mil dólares por persona.
En el caso de la persona que dio su testimonio, habría pagado seis veces ese precio, siendo que viajaban los seis miembros de su familia. Alega que su situación económica lo obliga a emigrar, cuestión que Sures subraya como “discurso contradictorio si se contrasta con la gran cantidad de dinero que pagó para realizar su travesía”.
Las corporaciones de información han dicho que 6 mil 159 venezolanos han realizado el trayecto mencionado. Sures contrasta el dato con lo emitido por autoridades en la materia migratoria en Estados Unidos.
Al 29 de mayo de 2021, la Patrulla Fronteriza del sur de Texas no ha emitido ningún pronunciamiento sobre el supuesto ingreso de centenares de personas venezolanas durante los últimos días, ni en su red social Twitter ni en su página oficial. Este elemento es de importancia pues la autoridad mantiene actualizadas ambas ventanas comunicacionales sobre sus actividades de detención de migrantes irregulares en la ciudad de Del Río, Texas.
El albergue de la hermana Norma Pimentel, muy reconocido por su trabajo de décadas en la recepción migrantes irregulares desde México en el Valle del Río Grande, tampoco ha emitido ninguna comunicación sobre la supuesta llegada de migrantes venezolanos a la región. Tampoco se conoce de algún reporte oficial que dé cuenta sobre las identidades o cifras de personas venezolanas en custodia.
A continuación, la organización venezolana detalla las contradicciones de las escenas difundidas en Río Bravo, que discrepan de las condiciones características que rodean el paso de los migrantes centroamericanos, los más asiduos a esa ruta:
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Los videos y fotografías difundidas ampliamente en RRSS muestran que estas personas cruzaron a plena luz del día, cuando es conocido que este tipo de travesías, consideradas ilegales, suelen realizarse de noche y en condiciones de clandestinidad (ver reportaje fotográfico).
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Los supuestos migrantes venezolanos pareciesen encontrarse en buen estado de salud, con pertenencias (maletas y grandes bolsos) y prendas de vestir en buen estado. En el registro visual, se aprecia que algunas de sus ropas son de marcas Tommy Hilfiger, Hollister, FILA y Ralph Lauren.
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Estas personas no están mojadas ni pareciesen tener afectaciones físicas por la supuesta travesía. No parecen haber recorrido largos trayectos terrestres como el resto de las poblaciones migrantes, quienes sufren extensas jornadas a la intemperie y en condiciones que vulneran de sus derechos humanos, tampoco reportadas por estas cadenas de medios.
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Resulta llamativo que las cámaras de Fox News y otros medios estaban exactamente a la hora y en el lugar en el que se registraron estos ingresos irregulares, así como el amplio despliegue de fotógrafos en la localidad.
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También destaca que todos los registros audiovisuales difundidos en RRSS son en territorio estadounidense. Al 29 de mayo, no se conoce de algún video o fotografía que haya sido grabado por alguna de estas personas desde territorio mexicano o en plena faena de cruce.
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Solo se registra el ingreso de grupos venezolanos, no habiendo presencia, ya sea en grupos o individualidades, de otras nacionalidades (mexicanos, salvadoreños, guatemaltecos y/o hondureños).
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La Patrulla Fronteriza se muestra receptiva y no presenta mayor resistencia a la llegada de estos migrantes, contrario al comportamiento habitual frente el ingreso irregular de población migrante de otras nacionalidades.
La imagen que, a fuerza de propaganda, se hizo símbolo del cruce de migrantes venezolanos por el Río Bravo es la de un hombre cargando en brazos a una señora mayor. Los reportajes se han explayado en la carga dramática de esa postal, pero han omitido de facto el perfil de esa persona que debilita por completo la narrativa: Cesar Padrón ha ido varias veces a Estados Unidos, lo más probable que a través de las vías legales de ingreso, e incluso parece haber intentado jugar beisbol profesionalmente en Florida.
Llama la atención cómo un joven que hasta tres meses habría trabajado en un gimnasio privado; que tanto él como su familia tienen una buena calidad de vida en el país, según se puede apreciar en RRSS; y que entre 2016 y 2017 estuvo en suelo estadounidense, aparentemente de manera regular (pasaporte + visa americana); podría estar para mayo de 2021 cruzando (las imágenes solo lo captan caminando hacia la orilla estadounidense) el Río Grande.
El informe de Sures culmina con la enumeración de algunas líneas sobre las noticias falsas que reproduciremos íntegramente:
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La aparición de fake news sobre la migración venezolana se desarrolla en el contexto de la realización de la Conferencia Internacional de Donantes en solidaridad con los refugiados y migrantes venezolanos, que acogerá Canadá el próximo 17 de junio; poniendo también como foco de ataque los acercamientos del Gobierno venezolano con la Administración Biden en el marco del llamado a diálogo nacional convocado por el presidente Nicolás Maduro.
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Se trata de una estrategia para reorientar la agenda de la “crisis de migrantes” con nuevos elementos y rutas, dado que el actor principal que la viene impulsando (gobierno de Colombia) se encuentra atravesando una crisis de legitimidad e ingobernabilidad en su territorio, que hace difícil asumir un rol activo en la Conferencia de Donantes.
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Hay una apología del delito de tráfico ilícito de migrantes, que quiere mostrar que en Venezuela no hay políticas contra este delito, contra las redes de tráfico ni contra los “coyotes”.
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La migración venezolana que se visualiza en estos videos parece corresponder a un estrato social medio. Las razones por las que migran son apenas esbozadas en lamentos poco desarrollados, por lo general es el reportero quien escribe “vienen huyendo del régimen”. Sin embargo, lo que se muestra en el relato descrito es que la persona pagó alrededor de 18.000 dólares americanos, por lo que claramente no pertenece a los estratos económicamente más desfavorecidos en Venezuela.
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La disputa interna entre republicanos y demócratas ha centrado sus focos en la migración y en la llamada crisis migratoria de la frontera sur de EE.UU. El despliegue mediático detonado por la cadena de corte republicano Fox News busca horadar la credibilidad de la política migratoria de la Administración Biden, que ha contrarrestado varias de las más extremas medidas migratorias de Trump. También se propone posicionar la “crisis humanitaria en Venezuela” como coartada para boicotear los posibles acercamientos entre Gobiernos.
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El manejo de la situación planteada no es ajeno al contexto regional, resultando oportuno señalar que la promoción de las noticias viene acompañada del relato vivencial del migrante irregular que, luego de su arribo a los Estados Unidos, comparte su supuesto trágico recorrido para lograr su cometido de ingreso irregular a ese país.