Una segunda ronda de diálogo y negociaciones entre el Gobierno Bolivariano y las oposiciones está terminando en México, luego de que a principios del mes pasado se firmara un memorándum de entendimiento que supuso una hoja de ruta y un método para la consecución de acuerdos.
La clave está en que las partes llamaron a "una negociación intensa, integral, incremental y pacífica" con la que se pretende llegar a un acuerdo definitivo, que con la mediación del Reino de Noruega solo se puede alcanzar "bajo el principio de que nada está acordado hasta que todo lo esté".
Sin embargo, estas negociaciones también tienen un factor "incremental", es decir, que en la medida en que se va construyendo el acuerdo macro general pueden alcanzarse acuerdos parciales si los temas "que versen han sido suficientemente discutidos y si su implementación es urgente, necesaria o al menos verificables antes del término de negociación".
Dicho memorándum continúa indicando que "los planes parciales tempranos serán incluidos en el acuerdo final y serán irreversibles desde su emisión, sin perjuicio de que exista la posibilidad de ajustarlos a las circunstancias o mejorarlos, atendiendo entre otros el principio de progresividad".
En declaraciones desde Ciudad de México, el jefe plenipotenciario de la delegación chavista para la mesa de diálogo, Jorge Rodríguez, manifestó que "hay disposición de poner todo nuestro empeño en lograr acuerdos parciales pronto".
"Este es un proceso que comienza que es duro, que es complejo, que nos requiere horas y horas de trabajo y estamos dispuestos a trabajar el tiempo que haga falta para producir acuerdos tempranos para el beneficio del país y acuerdos profundos que están contenidos en la agenda", afirmó Gerardo Blyde, principal representante de las oposiciones.
Así que podemos esperar muy pronto una serie de acuerdos que muy probablemente irán hacia la dirección de asistencia económica y social para el pueblo de Venezuela. Pero, ¿qué tipo de acuerdos parciales podemos esperar?
Algunos puntos para acordar
Primero que nada, se debe mencionar la mayor agravante de la situación económica-social en Venezuela es el impacto del bloqueo económico, financiero y comercial que el gobierno de los Estados Unidos viene escalando al menos desde 2014 sobre el país. Esto es reconocido por todas las partes en México, que al suscribir el memorándum de entendimiento declaran "la necesidad de que sean levantadas las sanciones contra el Estado venezolano, reivindicando como derechos irrenunciables de la nación la independencia, la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional".
Si bien el chavismo es quien ha denunciado lo criminal de las medidas coercitivas unilaterales estadounidenses y europeas contra la República Bolivariana, también existen sectores en la oposición que están en contra de este apartado de la política exterior de la Casa Blanca, pues admiten que sí repercute negativamente sobre la población en general, y no solo sobre los funcionarios del Estado. De hecho, con la firma del memorándum, los grupos alineados al clan Guaidó también lo reconocen sin explicitarlo ni apuntar el dedo.
Es por ello que un buen punto de acuerdo a corto y mediano plazo es el desbloqueo de algunos recursos claves para las finanzas venezolanas, con el fin de lograr la importación de alimentos, medicinas e insumos sanitarios para afrontar la pandemia del covid en Venezuela.
La liberación de los recursos depositados en el Banco de Inglaterra y en otras entidades financieras en Europa y Estados Unidos pueden ser un buen primer paso, que se pueden lograr a través de licencias expedidas por el Departamento del Tesoro estadounidense a pedido en forma de lobby al gobierno de Joe Biden, que ha dicho a través de funcionarios e instituciones de su administración que está dispuesto a revisar el programa sancionatorio contra Venezuela.
Dichos recursos pueden ser usados para el pago de los acuerdos que el Estado venezolano tenga en manos con otros actores internacionales, estatales y no estatales, para la adquisición de vacunas anticovid, como con la Federación Rusa, China y Cuba, así como el mecanismo Covax. Esto supondría una aceleración en la inmunización general de la población venezolana, entendiendo de esta manera que el alivio incremental de las "sanciones" repercute directamente en la salud general de los venezolanos.
Aunque un acuerdo de este tipo puede tardar en procesarse, ya que requiere que un segundo Estado dé un giro definitivo en su política exterior, podría al menos sentar una base de acciones que pueden incrementar las posibilidades de que se alcance un levantamiento parcial de las medidas coercitivas uniletarales. Una soga menos para el cuello de Venezuela.
Es por ello, al mismo tiempo, que no se debe esperar la devolución de Citgo, filial de PDVSA secuestrada por el gobierno estadounidense desde 2019, al Estado venezolano por lo menos en el corto y mediano plazo, pero sí podría esperarse que haya un acuerdo para el envío de productos refinados en Estados Unidos para Venezuela, como gasolina y diésel, para atender la compleja situación que vive la industria energética local.
- Fedeagro afirma que la escasez de diésel ha elevado su precio hasta entre 0,8 a 1 dólar el litro, entorpeciendo las metas de producción y comercio en su área de influencia (privada) para este año.
El hecho de que se logre un acuerdo de este tipo podría tener repercusiones en el área alimentario, logrando que los productos alimenticios en mercados, bodegas y mayoristas bajen sus precios y exista un aliciente económico para mayor producción. Una licencia del Departamento del Tesoro, con aprobación presidencial directa, podría ser suficiente para que Citgo abastezca a PDVSA, como antes de la escalada en el bloqueo y embargo durante la administración de Donald Trump.
Asimismo, cientos de pacientes oncológicos pueden beneficiarse asimismo del desbloqueo de recursos de Citgo, que a través de la Fundación Simón Bolívar solía financiar el tratamiento y operaciones quirúrgias urgentes para venezolanos en el país y en el extranjero.
El anterior punto puede conectarse con el siguiente: un potencial acuerdo para poder seguir desarrollando el programa de intercambio de petróleo por alimentos y otros bienes esenciales que el Estado venezolano venía haciendo con empresas en Centro y Norteamérica, antes de que las "sanciones" arremetieran contra ella por objetivos políticos nunca alcanzados.
En general, los activos de Venezuela en el exterior pueden ser objeto de acuerdos a corto y mediano plazo en México, cuyo eje fundamental para la concreción de las negociaciones consiste en el rechazo activo, es decir, político y operacional, a las medidas coercitivas unilaterales que han puesto en una situación crítica al conflicto venezolano y que tiene repercusiones inmediatas sobre la población.
Se puede esperar que los primeros acuerdos vayan en ese sentido, si realmente existe una voluntad por parte de las oposiciones y del gobierno estadounidense de cambiar radicalmente su estrategia de cerco y asfixia económica, financiera y comercial contra la República Bolivariana. La mayoría del país se encuentra con altas expectativas de que acuerdos de este tipo puedan darse de manera más rápida que el acuerdo final, integral del proceso de recomposición política e institucional nacional.