El 22 de octubre de 2023 se realizarán las elecciones primarias de la Plataforma Unitaria Democrática, bloque que agrupa a partidos y organizaciones políticas de oposición. Es difícil predecir cuáles serán sus resultados; tampoco es sencillo asegurar que el evento concluirá con la selección de un candidato unitario para presentarlo a las próximas elecciones presidenciales.
Lo que sí está claro es que son muchos los que aspiran a ganar las primarias opositoras. En esa situación tan "competitiva", todos han hecho gala de sus mejores versiones de demagogia para llamar la atención de los votantes, corriendo con ello un gran riesgo porque, a diferencia de años anteriores, hoy en día ni los antichavistas más fanatizados caen tan rápido en promesas falsas.
Tratemos de entender qué es lo que realmente quieren decir los aspirantes a candidato presidencial con sus peculiares "programas de gobierno".
Empecemos con María Corina Machado, quien tiene la mayor aceptación por parte de los encuestados, o por lo menos así lo aseguran varias consultoras privadas.
En una publicación anterior de esta tribuna, evidenciamos que la dirigente de Vente Venezuela tiene como estrategia mostrar que ella es una opción distinta a la política tradicional, lo cual es muy difícil de digerir para la audiencia puesto que estamos hablando de la mujer que se tomó una fotografía en 2005 con el expresidente George W. Bush en Washington, luego de que la organización de la que era presidenta, Súmate, había recibido decenas de miles de dólares de la NED en el marco del referéndum revocatorio de 2004.
Y esto fue apenas en sus inicios como operadora antigubernamental.
Ahora Machado intenta ocultar su pasado diciendo tener una "postura crítica" a la agrupación de partidos G3 —actualmente deshecho— y al plan de falso gobierno de Juan Guaidó. Con las manos lavadas ante ese fatídico episodio, presenta su "plan de gobierno": Consignas de "libertad política" y "plata en el bolsillo", con intenciones de perseguir al chavismo y privatizar hasta la forma de caminar del Estado venezolano.
Es lo que se puede deducir de sus declaraciones radicales: "Poner fin a dos décadas de gobierno socialista" y "privatizar PDVSA, las empresas de Guayana, los hoteles, las empresas de telecomunicaciones".
Pero la dirigente opositora también nos trae propuestas "innovadoras". En pleno 2023 incorpora en su plan de gobierno la idea de cambiar el sistema electoral venezolano mediante la automatización del voto manual.
¿Propuestas "innovadoras"? Al menos no tanto como las de César Pérez Vivas, exgobernador del estado Táchira y precandidato por el partido Concertación Ciudadana. Plantea cambiar el período presidencial, las condiciones de elegibilidad y la conformación de la Asamblea Nacional sin mencionar en ninguna parte una reforma constitucional o una constituyente.
Sobre el área económica Pérez Vivas habla de tres líneas: "Respeto absoluto a la propiedad privada, respeto a la iniciativa privada y la privatización de las empresas del Estado". En lo social, el dirigente político propone resolver la alimentación y la salud venezolana usando "los recursos que estén disponibles de la comunidad internacional, vengan de Estados Unidos o de Europa", dice.
Lo último es una acción momentánea, por supuesto. Progresivamente, las privatizaciones y la invitación a que las transnacionales hagan sus ganancias aquí se traducirían mágicamente en la recuperación de la economía del país y los venezolanos verán eso expresado en importantes mejorías salariales, como por efecto derrame.
Hablando de mejorías salariales, no hay competencia para las promesas hechas por Antonio Ecarri, exconcejal del municipio Chacao y líder del partido Alianza del Lápiz. Una de sus propuestas más importantes, insertada en medio de las movilizaciones nacionales del magisterio, es la de aumentar el salario de los docentes a 2 mil 500 dólares, "como en Finlandia".
Otra, que peca de poco creativa, es la promesa electoral de "Mi barril, renta petrolera dolarizada", una versión actualizada de la tarjeta "Mi Negra", aunque Ecarri lo niegue. La describe así: una "renta básica universal dolarizada" que "permitiría que a cada familia venezolana le llegue un monto anual por el orden de 6 803,71 dólares".
Las contradicciones aparecen cuando se trata de encajar las propuestas con la parte de privatizarlo todo, que es un punto que comparte Ecarri con los demás precandidatos. ¿Puede eliminar la mayor parte de las fuentes de ingreso del Estado y cumplir sus promesas? No, porque en principio cumplirlas no es parte de su verdadero programa.
De ofertas engañosas pasamos a proposiciones ruines. Benjamín Rausseo, "Er Conde", en un conversatorio que ofreció en la Universidad Monte Ávila en Caracas, dijo que había que privatizar las universidades porque con la instalación de liceos técnicos, los bachilleres deberían poder pagar sus estudios superiores.
"Propongo el bachillerato técnico, que todo muchacho salga técnico medio en algo: arte, oficio, que repare celulares, aires acondicionados. Y la universidad dejaría de ser pública porque si el bachiller que está entrando es un profesional técnico medio, él podría pagar la universidad".
#Venezuela | Benjamín Rausseo propone, entre otras ideas, "el bachillerato técnico. Que todo muchacho salga técnico medio en algo"
Por otra parte, habla de privatizar universidades por las oportunidades que tendrían los jóvenes. pic.twitter.com/ycmYwZLKHj— Notitarde (@webnotitarde) February 17, 2023
Presentar los liceos técnicos como un invento nuevo, y eliminar las universidades públicas, no es un chiste.
¿Y qué hay del dirigente de Acción Democrática, Carlos Prosperi? Cuando le preguntan por su plan de gobierno, responde con una treintena de metas ideales sin dejar clara la ruta para poderlas alcanzar.
Expone un plan "hambre cero", la eliminación de impuestos como el IGTF (Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras), el uso de hidrógeno verde para contrarrestar el cambio climático, modernización de los sistemas de salud y educación, un fondo agropecuario, apoyo al emprendimiento y al sector privado, y una "economía diversificada con salarios acordes".
Todo son lugares comunes, sin embargo destaca entre ellos la promesa de "incorporar a Venezuela en el sistema SWIFT" pues con eso Prosperi confirma que al país se le excluyó de dicha red por razones políticas, y sugiere que un cambio de régimen bastaría para levantar las sanciones ilegales.
En Vivo | Carlos Prosperi promete independencia del BCV y aplicar políticas de desarrollo financiero para facilitar el ahorro que estimule actividades productivas. Otra de sus promesas es la incorporación al sistema bancario Swift con vistas a acceder a la banca mundial #2Mar #2MarTC pic.twitter.com/YVMDlwS8qT
— TalCual (@DiarioTalCual) March 2, 2023
En realidad nadie en las oposiciones ha proporcionado un plan de gobierno, solo las consignas de siempre. De fondo, y de manera abstracta, únicamente prometen arrojar toda la estructura e infraestructura pública económica-social a las manos invisibles del mercado —esa entelequia atrapabobos—; en lo práctico, entregar el país a intereses transnacionales con base en Estados Unidos y Europa.
La retórica preelectoral de la mayoría ha consistido en ofrecer prosperidad y bienestar, echarse barro entre ellos y al gobierno de Nicolás Maduro, y omitir descaradamente sus aportes a los planes de desestabilización contra el país que llevaron a la población venezolana a pasar por circunstancias difíciles, las que ahora prometen resolver. Toda vez que nunca contemplarían pedir a Washington que abandone el injerencismo en este territorio sino más bien todo lo contrario, así fuera soterradamente.
Pues a todos en sus propuestas electorales se les olvidó poner el único punto que les garantizará el apoyo extranjero en una futura campaña presidencial: prometer que gobernarán bajo las órdenes de Estados Unidos.