Como parte de la agenda nacional para la protección de la integridad territorial del Estado, el presidente Nicolás Maduro se dirigió al cuerpo diplomático de la República Bolivariana de Venezuela acreditado en el exterior, y al Grupo de Amigos, para discutir la importancia del referéndum consultivo sobre los derechos históricos de la Guayana Esequiba.
A través de una videoconferencia desde el Palacio de Miraflores en Caracas, el presidente Maduro reafirmó la soberanía territorial del país en esta zona. Hizo hincapié en que Guyana ha violado repetidamente el Acuerdo de Ginebra, firmado en 1966, y que es fundamental para Venezuela defender sus derechos históricos en esta región.
Arguyó el factor fundamental de que el referéndum, que se llevará a cabo el próximo 3 de diciembre, es crucial con vistas a que el pueblo venezolano pueda expresar su respaldo a la reclamación limítrofe.
El Jefe de Estado hizo un repaso histórico de la batalla que desde hace siglos está librando Venezuela por su derecho a existir. Destacó que el siglo XXI ha sido un período de renacimiento para su nación, aunque para llegar hasta ahí hubo que enfrentar no pocos ni sencillos obstáculos. En particular, señaló que el país ha tenido que luchar contra el intento de despojo por parte del imperio británico sobre su territorio.
Destacó que, incluso antes de la existencia de la República, Venezuela sufrió más de 300 años de coloniaje europeo, los cuales resultaron en el arrasamiento de los pueblos originarios y el genocidio de más de 80 millones de personas.
"Trajeron 50 millones de abuelos y abuelas africanos, secuestrados e instalados como esclavos por Portugal y el imperio británico. Nos dejaron su cultura y fuerza. Los imperios se repartieron ríos, mares, pueblos, territorios y riquezas, a su vez crearon instrumentos 'legales', por ejemplo, los edictos papales para entregar a los imperios todo lo despojado a los pueblos".
El camino hacia la independencia de Venezuela fue resultado de la lucha de diversos grupos sociales que se opusieron al dominio español, señaló el presidente Maduro. En 1810, la unión entre habitantes de origen zambo, mestizo y criollo condujo a un levantamiento que finalmente logró la conquista de la libertad en 1811. Sin embargo, la primera República fundada ese mismo año no logró mantenerse debido a sus debilidades internas.
En adelante, es importante el encuentro entre el Libertador Simón Bolívar y el presidente haitiano Alejandro Petion, donde el primero presentó un informe detallado con el objetivo de crear la República de Colombia, cuyo origen debía ser la región del Orinoco. El primer mandatario nacional resaltó la determinación de Bolívar de unir sus fuerzas con las de Páez en el Llano, hecho que dio inicio a una serie de batallas importantes que condujeron a la liberación de Venezuela y de otros países de la región.
Esa época contiene también las primeras muestras de la relación de Venezuela como República con el imperio británico. El presidente relató que en 1825 el Estado anglosajón reconoció los límites orientales de Venezuela dentro de la Gran Colombia, estableciendo el Esequibo como confín. La unión grancolombina no duró mucho tiempo. El país tuvo que enfrentarse al desvanecimiento del proyecto de Bolívar y después a la traición y el despojo por parte de José Antonio Páez, lo cual llevó a la reorganización y levantamiento en armas de la población bajo el liderazgo del general Ezequiel Zamora, en busca de justicia.
"Se establece en 1859 el despojo y guerra nacional luego del crimen contra Zamora. Surgió entonces una sangre de mucho linaje, sangre azul, de apellidos y abolengos, que le ofreció Venezuela al imperio británico para convertirla en un protectorado".
El presidente Maduro mencionó que, luego del reconocimiento de la Guayana Esequiba dentro del territorio venezolano por parte del imperio británico en 1825, surgió la fraudulenta delimitación de la propiedad de Venezuela sobre este espacio a través de la Línea Schomburgk en 1841.
La Doctrina Monroe, un concepto político introducido por Estados Unidos para reafirmar su poder e influencia en la región, jugó un papel crucial en el cercenamiento del susodicho territorio, recordó el Presidente en su intervención. En un momento cuando el gobierno venezolano carecía de fuerzas armadas y estaba en una posición vulnerable, recurrió al apoyo de Estados Unidos para salvaguardar su seguridad y estabilidad.
Esto resultó ser una estrategia de Washington para alcanzar sus propios objetivos, tras pactar secretamente con el Reino Unido. En 1897 se estableció un tribunal arbitral con la promesa de justicia pero, en realidad y como consecuencia, el Laudo Arbitral de París de 1899 trajo consigo la amputación sobre Venezuela.
"Desde el presidente Isaías Medina Angarita en adelante la posición de Venezuela hasta nuestros días ha sido única. No aceptamos ninguna instancia para resolver la controversia".
El Acuerdo de Ginebra de 1966 fue un paso significativo hacia la resolución de la disputa sobre la Guayana Esequiba. Este convenio, firmado en el marco de la ONU, estableció las bases legales para abordar la controversia de manera pacífica y diplomática. Al reconocer la existencia de una diferencia y la necesidad de una solución justa para todas las partes involucradas, se instruyeron los fundamentos para futuras negociaciones y acercamientos diplomáticos.
Posteriormente se proclamó la independencia de Guyana. El 26 de mayo de 1966 Venezuela saludó y reconoció el nuevo Estado independiente, pero también dejó constancia por escrito de su cautela legal acerca de la disputa territorial.
"Venezuela reconoció la independencia y existencia del Estado y se reserva todo el territorio de la Guayana Esequiba. Esto no implica renuncia del territorio ni soberanía. Por lo tanto, Venezuela reconoce a Guyana el territorio ubicado al este del margen derecho del río Esequibo".
A lo largo de casi cinco décadas, Venezuela y Guyana se enfrentaron al desafío de encontrar una solución práctica para el problema. En 1966, bajo la presidencia de Rafael Caldera, se decidió poner en pausa las negociaciones durante 12 años, según lo establecido en el Protocolo de Puerto España. Sin embargo, en la década de 1980, el asunto se volvió aun más polémico y surgieron propuestas de tomar control de la Guayana Esequiba.
Luego de un intenso debate, explicó el presidente Maduro, se acordó emplear el mecanismo de los Buenos Oficios de la ONU, mediante el cual Venezuela y Guyana buscarían la mediación de un tercero. Este enfoque se mantuvo durante la presidencia de Hugo Chávez.
En el año 2010, el intento abusivo de Guyana por apropiarse de la plataforma marítima generó una tensión regional que requirió la intervención de los países del Caribe. A través de intensas negociaciones se logró establecer una mesa de diálogo en la que se dejó claro a Guyana que carecía de la autoridad para disponer de ese espacio marítimo.
El presidente Maduro relató cómo se concretó un punto de acuerdo según el que Guyana aceptaba que no tenía la competencia absoluta para disponer de esos mares y se reconocía su derecho a la soberanía y delimitación de sus fronteras marítimas. Esta resolución se plasmó en un comunicado conjunto entre los dos países, en el que se destacaba el nivel histórico de sus relaciones bilaterales y los lazos que los unían.
Tras esos episodios llegó el período de conspiración contra Venezuela, a partir de 2015. Los sucesivos secretarios generales de la ONU, ignorando por completo el Acuerdo de Ginebra y desafiando los principios básicos de la diplomacia, optaron por entregar el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Esta medida provocó un cambio drástico en el panorama regional porque el Comando Sur asumió el control de Guyana y abrió a la ExxonMobil su dominio en la zona mediante la introducción de numerosos barcos sin ningún tipo de restricciones, señaló el Jefe de Estado.
"Venezuela no reconoce la Corte Internacional de Justicia para dirimir la controversia. Hemos solicitado a Caricom que realice una labor diplomática positiva al respecto. Lo más abusivo e ilegal es que Guyana entregó licencia a ExxonMobil y bloques de petróleo en el mar por delimitar".
El objetivo de la presentación legal ante la CIJ, impulsado por la empresa transnacional Exxon Mobil, es aplicar a Venezuela una forma de colonialismo judicial que el presidente Nicolás Maduro califica de "diplomacia de las cañoneras". Esta postura pretende negar los derechos políticos y civiles del pueblo venezolano, lo cual representa una acción política, diplomática y jurídica sin precedentes.
En este sentido, el referéndum consultivo inaugura una nueva etapa. De esta, el presidente Maduro resaltó que el país cuenta con numerosos elementos de investigación jurídicos e históricos que respaldan su posición de defensa del Esequibo, y que todo el país se encuentra unido en este asunto y reivindica su soberanía sobre el territorio.
"Venezuela cuenta con un gobierno legítimo, 49 mil consejos comunales y una Fuerza Armada fortalecida", expresó.
Después de realizar un detallado análisis histórico para explicar los acontecimientos que llevaron a la convocatoria de un referéndum por parte de la Asamblea Nacional, el presidente Maduro solicitó a los embajadores y otros representantes diplomáticos de Venezuela, así como a los movimientos sociales y políticos, que transmitieran este mensaje: Venezuela está siendo amenazada y agredida, es objeto de ataques externos.
Sin embargo, el Estado ha tomado una decisión acertada al convocar una consulta nacional, siguiendo los procedimientos establecidos en la Constitución, como medio para evitar un conflicto que se intenta imponer desde fuera.
El presidente Maduro terminó su intervención afirmando que es indispensable que se divulgue internacionalmente el firme avance que están efectuando los venezolanos y venezolanas en su empeño por alcanzar una solución pacífica y consensuada que afirme la soberanía de la nación sobre la Guayana Esequiba.