Entonces tenemos elecciones ooootra vez. Es que esta dictadura malvada obliga a la gente a andar por el camino electoral. De los 70.244 aspirantes inscritos para 3.082 cargos de elección, 67.162 son opositores, y solo 3.082 chavistas. Lo normal en toda feroz dictadura que se respete.
El lapso de inscripción de candidatos fue extendido por el CNE no sé cuántas veces para darle chance los aspirantes opositores a que se pusieran de acuerdo… Ya va, ya va, sin empujones, Ocariz, sin puñaladitas en la espalda, que firmamos un acuerdo escrito en una servilleta de un bar, que yo gané según la misma encuestadora que dijo en 2012 que Capriles le ganaba a Chávez sobrado, la misma que le dijo a Ramos Allup en 2018 que ganarían 23 estados, gané yo, que no que gané yo, tuit, tuit, que te acuso en el programa de Vladimir. Acúsame que esa vaina nadie la ve. ¡Chusma, chusma, prfffff!
Decenas de miles de candidatos opositores que pretenden pedir el voto a la gente que han batuqueado del delirio al abatimiento, una, y otra, y oootra vez, hasta que tanto va el cántaro al río… (Hablando de ríos, hasta al Guaire les hicieron lanzarse para llegar a Miraflores y tumbar a la dictadura comunista esta que llevaba años quitándoles a sus hijos y no se los terminaba de quitar)
Y se seguirían lanzando cada dos y medio al Guaire y a la calle, calle y más calle sin retorno, como venían haciéndolo hasta el 2019, pero la dirigencia opositora esta vez fue demasiado lejos y rompió algo que ya como que no se puede volver a remendar. Es que una cosa es llamar al diablo y otra es verlo venir.
El diablo empezó a respirarnos cerquita su aliento fétido en 2015, cuando la oposición ganó la mayoría en la Asamblea Nacional y convirtió el Poder Legislativo en un apéndice del Departamento de Estado, abriendo de par en par las puertas a la agresión más grande que han lanzado los Estados Unidos y sus perritos europeos contra nuestro país.
Esos diputados opositores usaron el voto de su gente para agredir al país gestionando el bloqueo y el saqueo que dijeron solo afectaría al gobierno. Los opositores marcharines, con el pelo aún oliendo a aguas del Guaire, celebraron tan oportunas sanciones, “para que los chavistas sepan lo que es bueno”.
Como viajamos en el mismo barco, aunque ellos renieguen, el infierno que celebraron para nosotros les fue llegando en gotas. Las sanciones que complicaban la vida de los más pobres, finalmente alcanzaron a la clase media, mayoritariamente opositora, que recibía ahora los golpes que ellos mismos habían invocado. Y como una cosa lleva a la otra, entonces cayeron redonditos en la campaña psicológica de “la diaspora”, y se fueron sus hijos, esta vez sí, se fueron lejos a buscar lo que aquí nos habían quitado. Insasiables, los diputados opositores se dedicaron a suplicar que cayera sobre el país horror de una invasión militar gringa que culpeMaduro no fue. Y, mientras gestionaban el dolor y el sufrimiento de todos, estos delincuentes ni siquiera intentaron disimular el festival de corrupción que montaron con Guaidó, su último líder de barro. Fue como mucho con demasiado.
Desmoralizada, esa oposición que salía a marchar cada vez que les decían que marcharan y que votaba siempre que les decían que votaran, se pulverizó cuando Leopoldo, su Mandela mediático, su Bolívar monárquico moderno, su mártir que no fue, huyó hacia España para vivir como el rey que él cree que merece ser, y eso que Lilian había dicho que Leo no se iría nunca de aquí.
Dilapidaron con atajos golpistas el caudal de votos que ganaron en 2015 en elecciones justas y libres. Los votantes de oposición se diluyeron. Unos furiosos porque no nos invadieron y Maduro sigue ahí y otros hartos de atajos y manipulaciones y Maduro sigue también ahí; todos a la deriva, sin liderazgos, sin razones para votar.
Ahí en ese terreno que los mismos que hoy inscriben sus candidaturas, caretablemente, abonaron con odio, miedo, engaño, traición y burla… con un si, pero no, pero sí, pero como que no y ahora como que sí… ahí pretenden ellos cosechar los votos en noviembre. El que siembra su maíz que recoja su pilón.
Ocho meses después de afirmar que votar en dictadura es afianzarla, fracturados, con 20 candidatos optando a cada cargo, todos clavándose cuchillitos y sacándose los trapos mugres; gastados sus votos por hartazgo; cuando pierdan, será fraude culpe de Maduro. Ya esa historia la sabemos todos, como también sabemos a dónde ha llevado esa historia a la oposición.
¡Nosotros venceremos!