La presidencia rusa del bloque de los Brics+ tiene unos mandatos claros: avanzar en el "uso de monedas nacionales, instrumentos de pago y plataformas" que faciliten el comercio entre los socios, primeramente, y luego pueda presentarse como una opción de comercio exterior generalizada.

El interés en darle forma a esta iniciativa estriba en reducir la dependencia de un sistema financiero global dominado por el dólar estadounidense. Su predominio como moneda de reserva mundial y principal herramienta de transacción ha supeditado la soberanía nacional a un sistema monetario controlado por Washington, que lo usa como arma económica-financiera.

Todavía no se han difundido todos los detalles de las conclusiones a las que los grupos de trabajo de los Brics+ pudieran llegar al respecto, pero es un hecho que en la próxima reunión del bloque, en la ciudad rusa de Kazán, se conocerán las primeras propuestas concretas enfocadas en dos puntos: edificar un nuevo sistema de pago que facilite el comercio entre los socios y el primer esbozo/bosquejo de una moneda común/unidad de cuenta para los países de la instancia.

La génesis del nuevo sistema financiero internacional

Sobre el nuevo sistema de pago viene tomando forma el Brics Bridge, una plataforma en monedas nacionales integrada al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) como espacio para conversión y compensación de las transacciones. En este sentido emularía al mBridge, un mecanismo basado en blockchain que admite intercambios en múltiples monedas.

Desarrollada conjuntamente por los bancos centrales de China, Tailandia, Emiratos Árabes Unidos y Hong Kong, este proyecto facilita intercambios instantáneos entre pares sin la participación de terceros.

MBridge utiliza tecnología blockchain similar a la criptomoneda Ethereum y se adapta a las monedas digitales del banco central (CBDC). Recientemente se conocieron las primeras transacciones exitosas con esta plataforma.

En referencia a la propuesa de moneda del bloque, se viene especulando sobre la posibilidad de un instrumento monetario común anclado en una canasta compuesta por 40% de oro y 60% por monedas Brics convertibles en oro. Si bien no hay confirmación oficial de esta información, hay un hecho incuestionable: la acumulación del metal por parte de los bancos centrales del bloque representa 17% a escala mundial, con Rusia, India y China ubicados entre los primeros diez lugares.

Este es un indicio de que los Estados de la organización líder de la multipolaridad estarían dispuestos a promover una unidad monetaria respaldada parcialmente por oro y recursos naturales como petróleo, minerales y metales. El grupo tiene una influencia considerable considerando que controla una parte creciente de los riquezas naturales del mundo, suficiente para influir en la estructuración de los precios globales.

disputándole la hegemonía al dólar

En un informe reciente, el Atlantic Council aseguraba que el dólar representa 58% del valor de las reservas de divisas en todo el mundo, y en el corto y mediano plazo continuará su predominio en el comercio y en las transacciones en monedas. No obstante, su participación en la economía mundial está disminuyendo rápidamente.

En 2016 los países Brics superaron el G7 en PIB combinado. El grupo representa ahora 35% de la producción mundial, en comparación con 30% del G7. Solo China aporta 30% de la producción industrial del orbe, casi el doble que Estados Unidos.

Es ante esta pérdida de influencia gradual del dólar que diversos funcionarios estadounidenses han levantado las alertas.

La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, afirmó que el uso de las sanciones financieras representa un riesgo para la hegemonía del dólar, y el expresidente Donald Trump asegura que de volver a la Casa Blanca impondría aranceles a países que lo abandonen como moneda de reserva e intercambio comercial.

Aunque las posturas de Trump podrían ser retórica de campaña ya que también mencionó que la aplicación de sanciones afectaba la ascendencia del dólar, una escalada en su implementación como herramienta de política exterior de Washington podría terminar de acelerar el proceso de conformación de un nuevo orden financiero internacional.

Un escenario FAVORABLE para Venezuela

En diversas entrevistas y declaraciones ante medios de comunicación, autoridades venezolanas han afirmado que parte de los efectos del régimen de sanciones contra el país se genera a causa de su exclusión del sistema Swift, lo que le impide comerciar regularmente en el terreno internacional.

La entrada en alternativas independientes al dólar podría aliviar a Venezuela muchas de las presiones económicas y financieras impuestas por las sanciones ilegales y permitiría el retorno del país a las lógicas financieras y comerciales en desarrollo actualmente en el mundo multipolar. En los últimos tres planes nacionales de desarrollo la consolidación de un mundo pluricéntrico y multipolar se ha convertido en un leitmotiv de la visión geopolítica del presidente Nicolás Maduro, en la que la entrada al país a las innovaciones financieras de la multipolaridad tiene un carácter relevante. 

Si pensamos que China, Rusia, Brasil, Irán y la India son socios estratégicos de Venezuela, no solo política sino financiera y comercialmente, es lógico que la República Bolivariana recalibre su centro de gravedad mirando hacia el bloque de países emergentes en virtud de que este le garantiza tanto una fuente de manufacturas y tecnología como un mercado amplio seguro para los muchos productos que integran la oferta exportable venezolana.

La incorporación de Venezuela a los Brics+ representa un hito sin precedentes para revitalizar su economía. En un contexto de recuperación económica, la adhesión a esta instancia ofrece una ventana de oportunidades para implementar iniciativas estratégicas, como las Zonas Económicas Especiales, que permitirán sortear las limitaciones impuestas por el régimen de sanciones e impulsarán un crecimiento sostenible y diversificado.

Al involucrar todos los sectores de la sociedad, desde el empresarial hasta el científico, Venezuela podrá aprovechar un mercado global en crecimiento, diversificar las exportaciones —tradicionales y, sobre todo, las no tradicionales— y acceder a tecnologías de vanguardia.

Los acuerdos y mecanismos que faciliten la cooperación en materia de investigación y desarrollo serán claves para agregar valor a los productos venezolanos y hacerlos competitivos, en un entorno donde la eficiencia productiva y la innovación son aspectos básicos para el éxito.

En este sentido, las posibilidades que alberga el nuevo sistema de pago Brics Bridge y la implementación de una nueva moneda del bloque son herramientas que ensancharán las oportunidades de crecimiento que Venezuela viene experimentando, a pesar del contexto regional latinoamericano que se muestra hostil tras las elecciones del pasado 28 de julio.

De allí la importancia de los anuncios de la Cumbre de Kazán, ya que estaríamos en los albores del establecimiento de la columna vertebral de la nueva arquitectura financiera que surge como reflejo de las realidades económicas y demográficas del siglo XXI, y no del unilateralismo de finales del siglo XX.