La OTAN está incitando cada vez más a Ucrania para que lleve la guerra a territorio ruso, levantando las restricciones al uso de armas occidentales contra objetivos en la Federación. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha instado a los países miembros a permitir que Kiev utilice libremente los pertrechos proporcionados, basado en el argumento de que las limitaciones actuales reducen la capacidad de Ucrania para "defenderse".
"Ha llegado el momento de que los aliados consideren si deben levantar algunas de las objeciones que han impuesto al uso de las armas que transfirieron a Ucrania", declaró Stoltenberg en una entrevista a The Economist, y mostró además su descontento con la falta de apoyo militar por parte de algunos países europeos.
"Los aliados europeos prometieron un millón de proyectiles de artillería. No hemos visto nada parecido", dijo.
El tema fue planteado en una reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE, y también los ministros de Defensa comenzaron a discutirlo. El Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, dijo que este debate está ganando impulso y admitió que existe un "riesgo de escalada" si Occidente da el visto bueno.
La idea de permitir acciones contra la Federación de Rusia cuenta con el apoyo principalmente de los países de Europa del Este.
Lituania, Letonia y Estonia presionan por la autorización de estos ataques, mientras que otros como la República Checa, Dinamarca, Países Bajos y Suecia defienden el derecho de Ucrania a usar las armas recibidas como mejor le parezca, incluido el uso de cazas F-16 daneses para arremeter sobre objetivos militares en Rusia.
Londres también se ha pronunciado a favor de atacar territorio ruso, mientras que Polonia y Finlandia han dejado claro que no han impuesto ninguna restricción al uso de las armas por parte de Ucrania.
La posición de Alemania y Francia ha experimentado cambios y contradicciones. Mientras que el primero se había opuesto enérgicamente a permitir que las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) utilizaran sus armas contra objetivos en territorio ruso, el segundo había preferido evitar completamente el tema. Sin embargo, durante una reunión con el canciller alemán el 28 de mayo, el presidente francés Emmanuel Macron expresó su apoyo a que los ucranianos puedan "neutralizar las instalaciones militares desde las cuales se lanzan misiles que atacan a Ucrania".
Por otro lado, el canciller alemán Olaf Scholz expresó que Ucrania tendría la posibilidad de atacar objetivos en territorio ruso utilizando los tanques Leopard. "Ucrania tiene todas las oportunidades para hacerlo de acuerdo con el Derecho Internacional", dijo.
La postura de Estados Unidos también ha cambiado en los últimos días. A pesar de que al principio el gobierno había negado que permitiría a Kiev realizar ataques con misiles ATACMS u otras armas estadounidenses, la semana pasada el Secretario de Estado Anthony Blinken asomó que se estaba considerando un cambio de política.
Finalmente, el presidente Joe Biden dio permiso a Ucrania para lanzar acciones limitadas con armas estadounidenses en territorio ruso alrededor de Járkov. Tan solo un día después, el 1 de junio, cohetes fueron disparados desde una lanzadera estadounidense Himars a 32 kilómetros del territorio ucranio.
En reiteradas ocasiones Moscú ha destacado el uso de armamento occidental por parte de Kiev en sus acometidas contra Rusia. Un ejemplo reciente ocurrió el 18 de mayo, cuando los sistemas de defensa aérea rusos derribaron cuatro bombas guiadas y dos misiles antirradar en la región rusa de Bélgorod. Se determinó que el ejército ucraniano empleó bombas aéreas francesas Hammer y misiles antirradar HARM de fabricación estadounidense. Además, el 11 de mayo Serguéi Belyaev, director del segundo departamento europeo del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, señaló que las AFU están utilizando armas británicas en ataques terroristas en territorio ruso.
La parte rusa ha advertido repetidamente que el suministro de aprestos al régimen de Kiev está impidiendo la resolución del conflicto, y convierte a los países de la OTAN en participantes directos mediante la transferencia de armamento y el entrenamiento militar.
La experiencia en Ucrania demuestra el peligro de la expansión de la OTAN. El mismo patrón de escalada y confrontación que ha llevado a la crisis actual podría repetirse en otras regiones del mundo, incluida América Latina.
La obsesión con Rusia nos demuestra que la OTAN, en su fanático deseo de expansión y control, es capaz de provocar escenarios catastróficos y poner a su propia población bajo una amenaza mortal, por lo que es prácticamente seguro que haría lo mismo en una región donde territorialmente no están comprometidos ninguno de sus miembros.