El Acuerdo de Ginebra, firmado en 1966 entre Venezuela, el Reino Unido y la entonces colonia de la Guyana Británica, es el único instrumento vigente que constituye la base jurídica para resolver la controversia sobre el territorio Esequibo.

Es por ello que el país no acepta que la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el principal órgano judicial de la ONU, se imponga como el árbitro que busque solucionar el conflicto.

Esta postura fue defendida incluso por Maria Corina Machado en 2018, cuando reivindicó dicho instrumento como la única vía para llegar a una salida satisfactoria “de manera bilateral”.

En ese año, la líder opositora exhortaba a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a defender la integridad territorial en nuestra fachada atlántica.

Asimismo, denunció la pretensión de la República Cooperativa de Guyana de llevar el caso a la CIJ argumentando que perjudicaba los derechos de Venezuela sobre el territorio esequibano.

“Es fundamental que los venezolanos entendamos qué es lo que procede para defender nuestro derecho. En primer lugar, declarar la incompetencia de la Corte Internacional de Justicia para abocarse a esta controversia, ya que está fuera de su jurisdicción”, dijo en esa oportunidad.

Cinco años después, el discurso de Machado es otro y ahora pide que se suspenda el referéndum consultivo del próximo 3 de diciembre porque, según esgrime, ello nos podría perjudicar en el juicio que se lleva a cabo en la CIJ. Por el contrario, señala que se conforme el mejor equipo de venezolanos para defender al país en dicha instancia.

Este cambio en el discurso de María Corina Machado deja entrever, por una parte, que su supuesto nacionalismo es maleable y, por otra, que se pliega a la agenda que impulsan Estados Unidos y sus corporaciones junto a Guyana para robarle el territorio Esequibo a Venezuela.