En el año 2021 fue publicado un informe titulado "Polarización y puntos de inflexión" a cargo de la Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), una revista divulgativa adscrita a la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Este informe indagó sobre el punto crítico de polarización de la sociedad estadounidense, indicando que estos procesos estaban cercanos a "un punto de no retorno".
El estudio fue esclarecedor por dejar al descubierto la hoy endeble creencia de que la sociedad estadounidense puede mantenerse unida como en otros tiempos. Es decir, los ataques a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, u otras conmociones que en el pasado fueron ampliamente instrumentalizadas para construir narrativas de cohesión nacional, hoy podrían resultar insuficientes.
La sociedad norteamericana podría ir rumbo a una división y varios estudios indican que una parte muy grande de la población avizoran un conflicto civil en su país.
Una sociedad polarizada
De acuerdo al estudio "Polarización y puntos de inflexión", en el presente el problema de división de la sociedad estadounidense radica en la polarización partidista. O al menos esa fue su categoría de medición.
El estudio indicó que el proceso acumulado de polarización podría contenerse, pero no hay un tratamiento consistente a este problema.
"La existencia de puntos de inflexión, en los que incluso una amenaza externa, como una pandemia global, un colapso económico, un adversario extranjero, el cambio climático o un ataque violento al Congreso, pueden ser insuficientes para revertir la dinámica de auto-reforzamiento de la polarización partidista", indica el informe, aludiendo eventos que ya han ocurrido y que, lejos de unir a la sociedad, han contribuido a dividirla.
Este informe, que se desarrolló mediante el despliegue de modelo matemático, refiere que "la polarización alcanza un punto de inflexión cuando la tasa de aumento se acelera repentinamente y el proceso muestra un cambio de fase caracterizado por un bucle de histéresis asimétrico". Por "histéresis", aplicado al caso, se refieren al estado y propiedades actuales de la sociedad estadounidense aunque las causas de ello hayan desaparecido.
El informe no lo señala textualmente, pero cabe presumir que refieren procesos de polarización política que se incrementaron "súbitamente" con el ascenso de Donald Trump a la presidencia. Aunque Trump ya no esté en el poder, más allá de la presencia política que todavía mantiene, en sí mismo el exmandatario es un rasgo de un proceso de polarización acumulada.
De hecho, podríamos considerar que el ascenso de Trump al poder fue consecuencia de los procesos antecedentes, catalizadores de la división social en ese país que, aunque siempre han existido, hoy se despliegan sin narrativas y eventos que logren unir a los estadounidenses en nuevos sentidos comunes y un ideario nacional.
De la misma manera, cabe la pena interpretar que la presidencia de Biden, un líder débil y envejecido, es resultado de esas mismas contradicciones que se generaron para que Trump no fuera reelecto. Biden fue apoyado por sectores progresistas en su partido y más allá de este.
En otro orden de ideas y acorde al estudio publicado en la PNAS, los procesos "extremistas" en la conversación pública adicionalmente vienen socavando la construcción de sentidos comunes, acelerando la polarización.
"El extremismo en la distribución de la opinión indica la erosión del terreno común en el que la gente puede estar de acuerdo", indica el estudio.
Los investigadores recalcan el desarrollo de escenarios potencialmente peligrosos a largo plazo, basados en el recrudecimiento de las tensiones por temas que "dividen" a la sociedad estadounidense.
Aunque no hay menciones concretas, la alusión del estudio nos lleva a sopesar asuntos en el tapete, como la discusión sobre la tenencia de las armas, el reciente revés en el Tribunal Supremo estadounidense sobre el tema del derecho al aborto, las ideologías de género, pero más allá de estos, las tensiones acumuladas por el estado de la economía, las tensiones raciales, el crecimiento de las desigualdades y el fin del "sueño americano" como una creencia para la cohesión social.
Estadounidenses anticipan una guerra civil "pronto"
A mediados de julio de este año, una encuesta reveló que la mitad (50,1%) de los estadounidenses anticipan que "pronto" habrá una "guerra civil" en ese país.
Según este estudio de opinión denominado "Puntos de vista de la democracia y la sociedad estadounidense y el apoyo a la violencia política: primer informe de una encuesta representativa de la población a nivel nacional", a cargo del centro de estudios de ciencias de la salud Medrxiv, los riesgos están denominados por un escalamiento de la esfera de violencia armada en ese país.
Según los encuestados, la violencia armada podría trasladarse a lo alto de la estructura política del país. Y arroja datos más reveladores.
Un 12,2% de los encuestados se dijo dispuesto a cometer actos de violencia política para intimidar o amenazar a una persona. Un 10,4% estaría dispuesto a "herir a una persona" en un marco de violencia política y el 7,1% estaría dispuesto a "matar a una persona", de ser necesario por razones políticas.
El 67,2% percibe que había "amenazas graves a la democracia" en su país. Pero un 40% de los encuestados estuvo de acuerdo en que "tener un líder fuerte para Estados Unidos es más importante que tener una democracia".
Sobre el tema racial, uno de los más intrincados y complejos, 40% de los encuestados afirmó que "en Estados Unidos, los blancos nativos están siendo reemplazados por inmigrantes".
El estudio tiene entre sus conclusiones que estos hallazgos "sugieren una continua alienación y desconfianza hacia la sociedad democrática estadounidense y sus instituciones" Agrega que "minorías sustanciales de la población respaldan la violencia, incluida la violencia letal, para obtener objetivos políticos".
El estudio no lo señala, pero conviene agregar en este ítem que la sociedad estadounidense estaría siendo objeto de un traslado para los adentros de su país, de los idearios que ellos han consensuado para fuera de sus fronteras, es decir, la legitimación del empleo de la violencia y las armas para obtener objetivos políticos.
"Los hallazgos dan miedo, pero no sorprenden", afirma Kurt Braddock, quien estudia la psicología de la comunicación extremista en la Universidad Norteamericana, en una consulta sobre este tema para la revista Science. En los últimos años, dice, Estados Unidos ha visto un aumento en la disposición individual a participar en la violencia, los homicidios en las ciudades aumentaron 44% entre 2019 y 2021, por ejemplo. Se trata de escenarios que probablemente se extiendan a la esfera política.
Este marcador de opinión no es coyuntural, la idea de una nueva guerra civil en Estados Unidos viene tomando cuerpo en los últimos años.
Una encuesta de Zogby Analytics de 2021, por ejemplo, encontró que alrededor de 46% de los votantes pensaba que Estados Unidos tendría otra guerra civil.
Otra encuesta de 2021 a cargo de Survey Center of Américan Life mostró que más de un tercio de los estadounidenses está de acuerdo en que "el estilo de vida estadounidense tradicional está desapareciendo tan rápido que es posible que tengamos que usar la fuerza para salvarlo".