Después de días calurosos, inundaciones e incendios en el inicio del verano en Europa se acercan los fríos de invierno del último trimestre del año, y las advertencias de que millones de personas en todo el continente europeo tendrán complicaciones en la calefacción de sus hogares se han mantenido en órbita como máxima preocupación de las naciones de esa región.
Esto se debe a que actualmente Europa está sumergida en una crisis gasífera y energética por el incremento de los precios de ese hidrocarburo y, por supuesto, por los aletazos que ha dejado la pandemia de covid-19 en las economías del mundo.
En este contexto, algunos países de ese continente han generado iniciativas o agendas para hacer frente a lo que se avecina. Por ejemplo, el gobierno de Grecia asomó crear un mecanismo financiado por la Unión Europea (UE) que podría hacer uso de los ingresos de las ventas adicionales de permisos de carbono para limitar el impacto de los altos costos de la energía.
Incluso, hace días los ministros de Finanzas de Grecia, Chequia y Rumanía acompañaron a Francia y España en la iniciativa de reformar el mercado eléctrico europeo e investigar los contratos actuales sobre el gas. Basado en estas lógicas estos ministros comentaron que "también deberíamos elaborar directrices comunes sobre el almacenamiento de gas con el fin de mitigar y suavizar los aumentos de precios".
España y Francia intentan desvincular el precio de la electricidad de los precios del gas y vincularlo al costo promedio de producción en cada estado de la UE.
Es ostensible que el objetivo está ligado a disminuir la dependencia al acceso del gas por otros países, especialmente, con Rusia. Pero en vista del escenario en curso, esta postura es minoritaria y más aún, por el nuevo gasoducto Nord Stream II.
El secretario de Estado Antony Blinken calificó al Nord Stream 2 como un "un mal negocio" y advirtió que cualquier entidad involucrada en el oleoducto corre el riesgo de sufrir "sanciones" estadounidenses https://t.co/fOzNb7G7PG
— MV (@Mision_Verdad) May 15, 2021
Cabe destacar que las reservas de gas europeas se encuentran ahora en su nivel más bajo en una década. Según las estadísticas proporcionadas, el nivel de almacenamiento en Europa a finales de marzo de este año alcanzó los 2 mil millones y 500 millones de metros cúbicos, lo que representa solo el 3,8% de la capacidad total de estos países, que por cierto, según Gas Infrastructure Europe, la UE tiene capacidad para almacenar más de 117 mil millones de metros cúbicos de gas natural, o aproximadamente una quinta parte de su consumo anual.
El almacenamiento en términos de energía y recursos siempre es importante para poder equilibrar las fluctuaciones propias del mercado, incluyendo la toma de decisiones en el marco de los periodos de frío. Además, que las capacidades de almacenamiento en Europa son desiguales porque las grandes instalaciones las posee Francia, Alemania y Países Bajos.
En cuanto a España, se está promoviendo la idea para que los países de la UE creen una plataforma regional a fin de que los países puedan comprar gas conjuntamente y se pueda emplear para crear "reservas estratégicas de gas", es decir, están elevando la propuesta para que estos países compartan su almacenamiento de gas entre sí. Y esta propuesta no es del gusto de todos.
Así que al comparar estos datos, es ostensible la crisis energética que llevan a cuestas o que está a punto de detonar, debido a distintos factores, incluyendo que el gas se vendió en lugar de almacenarlo.
Al respecto, los precios de referencia del gas al por mayor en Europa se han disparado en más del 500% este año debido a la escasez de suministro de gas y a la fuerte demanda en las economías que luchan para la recuperación de la pandemia de covid-19. Es bien sabido que el gas natural representa alrededor de una cuarta parte del consumo energético total de la UE.
Por otro lado, Rusia está a la espera de los permisos europeos para iniciar la activación del flamante y a la vez polémico Nord Stream II. No obstante, el presidente de Rusia, Vladimir Putin sugirió hace días, ante el aumento vertiginoso de las facturas de energía en invierno en el continente europeo, que podría proporcionar suministro adicional a Europa. Casi de inmediato, los precios del combustible disminuyeron.
Incluso el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que las rutas de tránsito de gas existentes permiten reforzar los suministros previo a que comience a operar el nuevo gasoducto, que está destinado a llevar gas ruso a Alemania. Asimismo, Peskov, explicó: "Gazprom está en contacto constante con sus clientes en Europa, todas las solicitudes de suministro adicionales permitidas están siendo satisfechas por Gazprom".
Claro está, los medios occidentales hicieron lo propio, ya que desplegaron el arsenal de la narrativa politizada en contra de Rusia, donde supuestamente ese país no impulsará los suministros a Europa. Posiblemente, aprovecharon de sacar de contexto las recientes declaraciones del presidente ruso sobre los precios del petróleo crudo, al considerar que: "Esto (100 dólares el barril) es bastante posible, (el precio del petróleo) ahora está subiendo… nosotros y nuestros socios de la OPEP+ estamos haciendo todo lo posible para estabilizar el mercado".
A esta campaña se sumaron algunos legisladores de la UE y el director de la empresa estatal de energía de Ucrania, Naftogaz, al acusar a Gazprom de supuestamente retener deliberadamente volúmenes adicionales de gas a Europa y de agravar la crisis energética de la región.
Por ello, el presidente Putin rechazó las falsas acusaciones y explicó que Rusia siempre ha sido un proveedor de gas confiable para los consumidores de todo el mundo, en Europa y Asia, y siempre ha cumplido plenamente con todas sus obligaciones.
Europa está sumergida en una crisis gasífera pues los precios de este recurso se incrementaron.
Aunque la construcción del importante gasoducto Nord Stream 2 culminó hace semanas, su puesta en marcha está pautada para 2022 https://t.co/ox6CqGiM8u— MV (@Mision_Verdad) September 30, 2021
En adelante, también el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, hizo referencia a que los altos precios del gas en Europa, generado por la crisis energética, pueden provocar un aumento de los precios en industrias relacionadas, como la generación de energía, la metalurgia, la producción de fertilizantes, la petroquímica y la producción agrícola.
De hecho, la Agencia Internacional de la Energía (IEA según siglas en inglés) publicó un comunicado a finales de septiembre sobre la crisis energética y pidiendo a Rusia que hagan más envíos. A continuación algunas claves descritas en esa misiva:
- En Asia, la demanda de gas se ha mantenido fuerte durante todo el año, impulsada principalmente por China, pero también por Japón y Corea.
- La producción de gas natural licuado (GNL) en todo el mundo ha sido menor de lo esperado debido a una serie de interrupciones y retrasos no planificados en todo el mundo y un mantenimiento retrasado a partir de 2020.
- Los recientes aumentos en los precios mundiales del gas natural son el resultado de múltiples factores, y es inexacto y engañoso poner la responsabilidad en la puerta de la transición a la energía limpia.
- De cara al futuro, el mercado europeo del gas bien podría enfrentarse a más pruebas de estrés debido a cortes no planificados y fuertes rachas de frío.
- Según la información disponible, Rusia está cumpliendo sus contratos a largo plazo con sus homólogos europeos.
- La IEA cree que Rusia podría hacer más para aumentar la disponibilidad de gas en Europa y garantizar que el almacenamiento se llene a niveles adecuados en preparación para la próxima temporada de calefacción invernal.
- Los precios europeos de la electricidad han subido a sus niveles más altos en más de una década en las últimas semanas, superando los 100 euros por megavatio/hora en muchos mercados.
- La situación actual es un recordatorio para los gobiernos, especialmente cuando buscamos acelerar las transiciones de energía limpia, de la importancia de un suministro de energía seguro y asequible.
- El gas sigue siendo una herramienta importante para equilibrar los mercados de la electricidad en muchas regiones en la actualidad.
Al margen de este repaso, el desarrollo de estos acontecimientos energéticos siguen su curso y de igual manera se aceleran las condiciones de cara a la COP26 que se celebrará en Reino Unido próximamente. Este lunes 18 de octubre el operador del gasoducto Nord Stream II anunció que la primera de las dos líneas del proyecto se ha llenado con gas técnico, siendo una luz al final de ese túnel en el que se encuentra Europa.
Ante los escenarios estudiados, los líderes en Europa deben hacer de tripas corazón para que esta vez los intereses de ese continente se posicione por encima de las órdenes y presiones de Estados Unidos, ya que sus intereses energéticos han estado por encima de las necesidades europeas, y aun así han tenido preferencia en la UE.
Se espera que en la venidera cumbre de la UE se trate como prioridad los temas sobre la situación del aumento récord de los precios del gas en Europa, que según algunas fuentes periodísticas la postura de la Comisión Europea y el gobierno alemán no creen que Rusia esté influyendo en la subida de los precios del gas en Europa.