Sin duda alguna, el año 2020 fue uno de los más convulsos para Estados Unidos, signado por el manejo desastroso de la pandemia, las protestas antirracistas y una intensa campaña electoral por la presidencia. La conmoción fue tan grande que para evitar la reelección de Donald Trump se optó por elegir un mal menor.
Y es que la campaña estuvo marcada por una supuesta unidad nacional que buscaba rescatar un espíritu estadounidense que se había desdibujado durante la última administración de la Casa Blanca. Que la fórmula Joe Biden-Kamala Harris encarnara simbólicamente la confluencia de "todos" los sectores de la sociedad hizo que se obviaran los expedientes criminales de los candidatos demócratas, estos no parecían relevantes porque el objetivo era sacar a Trump de la escena política y "volver a la normalidad".
Sin embargo, una vez que ha pasado la efervescencia quedan expuestos los historiales obviados durante la campaña. Uno de los expedientes olvidados fue el de la corrupción que involucra al actual presidente y su familia.
En esa lavada de cara de Biden participaron los aliados en el congreso, grupos de poder y, sobre todo, los medios de comunicación. Una de las tantas otras noticias que han sido enterradas, de acuerdo a Charles Lipson en un artículo publicado en Real Clear Politics, "tiene que ver con unas fotografías tomadas en el despacho de Joe Biden en 2014. En ellas aparecen el entonces vicepresidente, su hijo Hunter y Carlos Slim, el hombre más rico de México (y en su día el más rico del mundo), además de algunos socios de Slim".
Pero lo que pasó desapercibido no fue la reunión en sí entre los funcionarios estadounidenses con ricos empresarios mexicanos, sino que el vicepresidente llevó a su hijo al encuentro al mismo tiempo que este estaba trabajando en lucrativos acuerdos comerciales con las mismas personas. Si bien Biden negó estar al tanto de los negocios de su hijo, evidentemente se trataba de un negocio familiar atendido desde el Ejecutivo.
"Hunter tuvo otras reuniones con Carlos Slim y asociados en México. Éstas se produjeron después de que volara allí con su padre en el Air Force Two, al igual que había volado a reuniones de negocios similares en China. Cuando llegas en el Fuerza Aérea Dos, cuando tu padre es el segundo funcionario más importante del gobierno de Estados Unidos, y cuando llevas a tus socios comerciales para que se reúnan con él, envías una clara señal a los socios potenciales de todo el mundo" de que estás conectado con el poder central, refiere el experto en relaciones internacionales y economía política.
Lo destacable de todo esto es que la prensa haya dejado pasar el evidente nepotismo del demócrata durante las elecciones de 2020 y se concentrara en señalar cualquier detalle sobre Trump, que también eran dignos de mencionar, lo que demuestra el consenso de los medios corporativos.
Biden, el "Gran Tipo" para los negocios
Lo cierto es que a Hunter, reconocido por no tener "ninguna otra habilidad comercializable", se le abrieron muchas puertas en el mundo por viajar con su padre. Algunas de estas reuniones se organizaron también en los terrenos de la Casa Blanca.
Todo parece indicar que, más allá de que Hunter se valiera de la influencia de su padre para buscar beneficios, Biden por sí ya era conocido como el "Gran Tipo", como su hijo lo describe en notas secretas, por su capacidad para concretar negocios. "Esa nota establecía cómo se dividiría el lucro de otro negocio, con el 'Gran Tipo' como socio silencioso. Un socio de ese negocio, Tony Bobulinski, ha declarado públicamente que todos los socios sabían que el 'Gran Tipo' (o BG) era Joe Biden”, dice Lipson.
Vale la pena recalcar que no era solo el aprovechamiento de Hunter, sino un negocio familiar donde Joe Biden estaba a la cabeza y también sacaba grandes ganancias.
El también profesor de ciencias políticas en la universidad de Chicago argumenta que, aparte de los indecorosos chanchullos y de los dudosos desmentidos de la Casa Blanca de que Joe Biden tuviera la más mínima idea de estos negocios, hay detalles insoslayables que muestran la trama familiar:
"El primer problema, que debería ser obvio a estas alturas, es que la familia Biden se ha enriquecido con todas estas conexiones políticas. En realidad, solo tienen una conexión: Joe Biden. Su hijo pródigo no tiene ninguna habilidad apreciable y levanta más banderas rojas que un desfile en Pekín. Su único trabajo es monetizar el poder y la influencia de su padre", detalla.
Pero no se trata únicamente de un hijo. Los dos hermanos de Joe, Jim y Frank, han sido acusados con credibilidad de hacer lo mismo. Esta empresa familiar fue denominada "Biden Inc.", de la cual expusieron sórdidas conexiones en una extensa investigación de 2019.
"A lo largo de sus décadas en el cargo, recoge Real Clear Politics del periódico Politico, la fortuna familiar de Joe de clase media ha seguido de cerca su carrera política".
El ascenso de la carrera política de Joe Biden y, al mismo tiempo, el crecimiento de su patrimonio ha sido reseñado en varias oportunidades.
La cadena CNBC publicó en julio de 2019 un trabajo titulado "Cómo Joe Biden, que se llamaba a sí mismo 'el hombre más pobre del Congreso', se convirtió en multimillonario". En el mismo afirman que para ese momento ya era imposible alegar pobreza.
Desde que Biden dejó la vicepresidencia en 2017 -refiere la nota periodística-, su cartera ha engordado. "Él y su esposa Jill ganaron más de 15 millones de dólares combinados en 2017 y 2018", indagaciones de cara a las elecciones sobre cómo los candidatos acumularon su riqueza.
"Las riquezas de Biden provienen en su mayoría de acuerdos de libros y compromisos de conferencias. Su repentina explosión de riqueza podría ir en contra de la imagen de 'hombre humilde luchador por los trabajadores' que ha ofrecido a los votantes durante años".
En otro artículo titulado "Cómo Joe Biden pasó de ser de clase media a millonario", de mayo pasado, "echan un vistazo" a los documentos financieros del presidente.
Caroline Hallemann, su autora, alega que Biden es conocido popularmente como de clase media, pero en realidad es millonario. Basándose en los formularios de la información pública -declaraciones y declaraciones de impuestos estatales y federales de 2016, 2017 y 2018-, Forbes estimó que tenía un patrimonio neto de 9 millones de dólares.
"A lo largo de su mandato, su salario pasó de 42 mil 500 dólares al año a 174 mil dólares anuales, según los registros históricos del Senado. Cuando fue elegido Vicepresidente, obtuvo otro aumento, ganando aproximadamente 230 mil dólares al año", dice la directora de noticias digitales de Town & Country.
Asimismo, sostiene, la vida después de la vicepresidencia ha sido bastante lucrativa para el antiguo número dos del presidente Obama, puesto que en noviembre de 2009 el patrimonio neto de Joe Biden era inferior a 30 mil dólares, según la CBS.
"La transparencia financiera del exvicepresidente Joe Biden, o la falta de ella, se ha convertido en un tema candente en los últimos días de la campaña de 2020. Mientras Eric Trump utilizó una afirmación falsa sobre la propiedad de la vivienda de Biden para plantear preguntas sobre las finanzas del candidato, otros críticos están escarbando en las declaraciones de impuestos de Biden", refirió USA Today en octubre del año pasado.
Resulta poco creíble que la fortuna del actual presidente de Estados Unidos haya crecido vertiginosamente desde que dejó la vicepresidencia solo con la venta de libros y conferencias.
¿Por qué el silencio mediático sobre el encuentro Hunter-Slim?
Tal silencio sobre la reunión entre el magnate mexicano y Hunter se podría explicar por el hecho de que Carlos Slim es el mayor inversor del New York Times. "¿Cuál es la excusa del Washington Post?", pregunta Lipson.
"La historia sobre los negocios de Hunter en México, al igual que las anteriores sobre la corrupción de la familia Biden, no aparece en sus páginas de noticias. Parafraseando sus lemas autocomplacientes: la historia muere en la oscuridad, no apta para ser impresa. Para leerla, tendrá que consultar el New York Post y el Daily Mail de Gran Bretaña. Esta supresión de noticias legítimas es un escándalo en sí mismo", sentencia posteriormente.
Asimismo, argumenta que "la monetización de las conexiones políticas es una práctica habitual en Washington, donde los políticos y los altos burócratas pasan sin problemas de sus puestos en el gobierno a los grupos de presión de K Street. Atrás quedaron los días en los que los miembros retirados del Congreso o los asesores presidenciales volvían a casa tras su paso por el gobierno".
Sugiere que hay demasiado dinero para ser aprovechado y tanto republicanos como demócratas tienen sus alas "internas" de grupos de presión, abogados y grupos de reflexión, para disgusto de los populistas, tanto de izquierda como de derecha. En ese sentido -reflexiona Lipson- el tráfico de influencias de los Biden es una práctica habitual, pero obviamente en una escala mucho menor que la operación de fuerza industrial de los Clinton.
El politólogo dice que las fotos de Joe y Hunter con Carlos Slim derriban el mito de que el presidente Biden "no sabe absolutamente" nada sobre los negocios de su hijo. "Cuanto más a menudo se ve a Joe reunirse con los contactos de negocios de Hunter, menos creíble suena la historia de 'no sé nada' del presidente".
Daily Mail publicó en exclusiva: Joe Biden agasajó a los multimillonarios socios mexicanos de Hunter en el despacho del vicepresidente en 2014 e incluso voló con su hijo a Ciudad de México en el Air Force 2 para que Hunter pudiera asistir a las reuniones sobre un acuerdo "gigantesco".
Con todas estas evidencias resulta difícil negar, a menos que alegue demencia, que el actual presidente no esté involucrado en los negocios de su hijo. Por eso las conclusiones del medio son obvias cuando dice:
"Las revelaciones, expuestas en fotos y correos electrónicos en el portátil abandonado de Hunter, sugieren que la afirmación de Joe de que nunca habló de negocios con Hunter era falsa".
Hasta el momento los ayudantes de Biden en la Casa Blanca todavía no han explicado estas fotos y correos electrónicos. También sabemos por qué la prensa no ha presionado por buscar respuestas. Pero esta apatía no obedece únicamente a la relación del magnate con la prensa, también está relacionada con el consenso de las corporaciones mediáticas que llevaron en lomo al demócrata hasta el sillón presidencial del Salón Oval.
Por ejemplo, durante la campaña en 2020, rara vez Biden fue cuestionado sobre los negocios de su familia en Ucrania y China. Y cuando el New York Post sí lo hizo, los gigantes de las redes sociales bloquearon la historia.
Social media platforms have faced invigorated calls for their regulation since Facebook and Twitter censored The Post’s reporting in October on documents from a laptop formerly belonging to Joe Biden’s son Hunter. https://t.co/8HHFGTiBnq
— New York Post (@nypost) July 7, 2021
"A pesar de que Joe negó 'no ver el mal', llevó a Hunter con él en múltiples viajes oficiales y siguió reuniéndose con los socios comerciales de su hijo a petición suya. No una o dos veces, sino repetidamente. Estas reuniones de negocios dieron grandes beneficios a Hunter, incluyendo una enorme inversión de un banco estatal chino que Goldman Sachs y J.P. Morgan no pudieron conseguir. Sin embargo, Hunter Biden lo consiguió, a pesar de no tener experiencia en inversiones".
La efectividad en los negocios de Hunter no es por su astucia, los beneficios multimillonarios están relacionados con los viajes en aviones del Ejecutivo y la participación directa de su padre. Estos detalles nunca serán revelados por la prensa complaciente, que tampoco hará preguntas punzantes que hagan que el presidente Biden se salga del guión.
"La correspondencia privada de Hunter cuenta una historia muy diferente a la versión de la Casa Blanca. Esos correos electrónicos describen la importancia crucial de su familia para su tráfico de influencias", señala Lipson, quien además recoge de Mairead McArdle, de Yahoo News, la crítica por "firmar un contrato de consultoría con la mayor empresa privada de energía de China, que inicialmente hizo ganar a Hunter Biden 10 millones de dólares al año 'solo por presentaciones', según los correos electrónicos filtrados".
En otros casos se ha intentado desvincular a Joe Biden de los negocios en los que ha participado con su hijo a través de la banalización del asunto, llegando a referirse a Hunter como el "hijo controversial" que se mete en problemas y cuya actuación "no debe empañar la figura de su padre". Algunas cadenas se refieren solo al historial de adicciones y otras cuestiones domésticas.
Con esto queda claro el rol que tuvieron los medios en el ocultamiento del expediente criminal de Joe Biden de cara a las elecciones donde resulto electo. Asimismo, el hecho de que la Casa Blanca sea un trampolín para los negocios, derechos corporativos a los que solo es posible acceder si se pertenece al establishment de Washington DC.