A estas alturas del año 2021, han sido innumerables las noticias de la revalorización de las criptomonedas, especialmente del Bitcoin, así como también surgieron en estas últimas semanas tres eventos globales de suma importancia en el sector monetario-finaciero:
- La creación de una empresa conjunta entre la plataforma SWIFT con el Banco Popular de China (PBoC), el banco central de China y su instituto de investigación de moneda digital.
- Se elevaron las reservas internacionales de oro de Rusia a 583 mil millones de dólares, por encima de la cantidad de dólares en las arcas rusas por primera vez en la historia.
- Tesla ha comprado 1 mil 500 millones de dólares en Bitcoin y planea comenzar a aceptar la criptomoneda como pago "en un futuro cercano".
Estos acontecimientos, y otros que se mencionarán, orbitan en el trayecto que se está forjando en la mutación del sistema financiero actual hacia un proceso de descentralización del dólar como principal moneda de intercambio y de reserva en el mundo.
La línea de tiempo
Primero, este sistema vigente sella su pauta con las acciones del presidente estadounidense Richard Nixon en 1971 para poner fin a la convertibilidad del dólar en oro, hecho que surgió después del entramado de los acuerdos de Bretton Woods, que tenían como fachada la preservación de la paz mundial, pero el trasfondo real era que Estados Unidos se afianzara como cabecilla económico mundial y también dominara el mercado internacional.
Siendo el dólar la referencia en el criterio de la organización monetaria internacional, esa moneda, desde aquella época hasta hoy, desempeña las funciones financieras básicas, tanto como medio de pago para el comercio internacional como siendo indicador de reservas internacionales.
El dólar es la bala que Estados Unidos dispara sistemáticamente para el control de las finanzas mundiales.
A pesar de la influencia y coerción de Estados Unidos en los designios económicos y comerciales en el aparataje financiero, existen ciertas vulnerabilidades que ponen en riesgo ese absoluto control.
Para 2008, después de la crisis financiera mundial, líderes políticos de Occidente como el entonces primer ministro británico, Gordon Brown, planteaban la necesidad de realizar acciones globales para "crear una nueva arquitectura financiera".
Incluso el francés Nicolas Sarkozy hablaba durante esas fechas sobre un replanteamiento del sistema monetario, interesante contradicción ya que en otra ocasión expresó que Libia ponía en riesgo al sistema financiero mundial por la idea del asesinado líder Muamar Gaddafi de crear una moneda panafricana respaldada por el oro. Es muy probable que se refiriera a un replanteamiento mucho menos osado.
Así como esa crisis de 2008-2009 aceleró a grandes rasgos los cuestionamientos acerca del sistema en cuestión por parte de algunos representantes de gobiernos occidentales, el año pasado la pandemia del covid-19 mostró aún más las amplias debilidades y el agotamiento de la ingeniería financiera global.
Además, la aplicación de instrumentos económicos extraterritoriales diseñados para asfixiar a países por parte de Estados Unidos fue intensa, especialmente contra Venezuela e Irán, por no mencionar la guerra comercial con China.
Así, se encendieron aún más las alarmas en el mundo, y las intenciones por encontrar mercados alternativos que esquiven el asedio y fortalezcan soberanías nacionales se han hecho valer. Es decir, los Estados y poblaciones que han sido devastados por las guerras políticas, geopolíticas y económicas empiezan a reclamar su posicionamiento en el escenario financiero.
Cuanto mayor sea la intimidación con la que actúe Estados Unidos, más rápido será el ritmo de la desdolarización.
Rol de China con Zhou Xiaochuan
Zhou Xiaochuan, cuando aún era gobernador del Banco Popular de China, en un informe de 2009 señalaba, haciendo alusión al dólar, que la crisis mostraba los peligros de depender de la moneda de una nación para los pagos internacionales.
En consonancia con esa línea, Xiaochuan sugirió crear una moneda de reserva soberana administrada por una institución global que podría usarse tanto para crear como para controlar la liquidez global, ya que los actuales emisores de la moneda vigente experimentaban constantemente tensiones entre los objetivos de política nacional y las responsabilidades internacionales.
En ese ensayo, Xiaochuan reconocía que tal cambio podría llevar mucho tiempo y requeriría de una visión política y un coraje extraordinarios. Esta audaz propuesta venía acompañada del propósito de sumar a los países en desarrollo para que tengan más influencia en el sistema financiero.
Sin duda, esto ya reflejaba las voluntades de las potencias emergentes para deslastrarse de la forzada referencia del dólar.
Mientras Xiaochuan estuvo a cargo del Banco Popular de China, ya se estaba haciendo el trabajo de ingeniería, diseño y políticas detallados necesarios para digitalizar una moneda en 2014.
Para 2015, Xiaochuan declaraba ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) que el crecimiento económico mundial seguía estancado a baja velocidad, y el proceso de recuperación económica seguía siendo desigual y frágil. Con base a eso, China haría los esfuerzos para facilitar aún más el uso internacional de su moneda, generando una presencia más fuerte en el sistema financiero mundial.
Un año después el yuan (renminbi) entró a formar parte de la canasta de monedas de reserva del FMI.
Zhou Xiaochuan, con su amplia experiencia tecnocrática, ayudó a allanar el camino para la moneda digital nacional de China. En 2020, entró en fase piloto el yuan digital logrando éxito en su funcionamiento en algunas regiones del gigante asiático. Para este año, con la alianza con SWIFT, se podría avecinar la implementación completa de esta nueva herramienta.
SWIFT–China: Finance Gateway Information Services
El avance de China en el lanzamiento del yuan digital ha sido inminente, siendo un señal significativa la nueva prueba piloto el pasado 6 de enero de este año, esta vez en la ciudad financiera de China: Shangái.
En específico, se implementó en la Facultad de Medicina de la Universidad Jiaotong, de esta manera, el personal médico y estudiantes realizaron pagos sin necesidad de contar con conexión a Internet, haciendo uso de la tecnología de comunicación de campo cercano (NFC) y del monedero hardware que tiene forma de tarjeta inteligente.
En este sentido, China se adelanta en el desarrollo de su yuan digital, que transitará sobre la Red de Servicios Blockchain (BSN), similar a Bitcoin, pero administrado y controlado por el banco central chino. El yuan digital no solo podría ser usado para las transacciones que ya han estado en las pruebas piloto, sino que podría ser calificado como una moneda de reserva.
Volviendo a nuestro punto de partida, este 16 de enero, el Banco Popular de China y la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales (SWIFT) fundaron una empresa conjunta, llamada Finance Gateway Information Services. Esta es otra clara señal del uso ampliado del yuan digital.
Finance Gateway Information Service tiene un capital de 12 millones de dólares, siendo SWIFT el mayor accionista con el 55% del capital a través de una subsidiaria de Hong Kong, mientras que el Centro Nacional de Compensación de China, una subsidiaria de liquidación nacional de propiedad total del Banco Popular de China, tiene un 34%.
Otros accionistas de la empresa con sede en Beijing incluyen el Sistema de Pagos Interbancarios Transfronterizos (CIPS) de China y la Asociación de Pagos y Compensación de China, ambos supervisados por el Banco Popular de China. Asimismo, el alcance comercial de dicha empresa incluye la integración de sistemas de información, procesamiento de datos y consultoría tecnológica.
Un dato llamativo en este ardid chino es que, para 2011, ya el Banco Popular de China publicaba su plan de migración ISO 20022, que es un estándar emergente global y abierto para mensajería de pagos entre instituciones financieras. Cuando un pago se transfiere de un sistema a otro, debe volver a traducirse al idioma de ese sistema. Esto significa pérdida de datos. Pero con un estándar universal, no se pierden datos en la traducción.
Así el CIPS, popular entre los bancos expuestos a "sanciones" estadounidenses, con su lanzamiento en 2015, empezó a utilizar el ISO 20022. Esto muestra cómo China está muy por delante de la curva de la adopción de ese estándar financiero.
Ahora bien, SWIFT en un comunicado expresó que poseen un largo recorrido en el mercado financiero de China y que la fundación de la empresa es una actualización de cumplimiento en China en línea con ese enfoque de fortalecer sus servicios para respaldar los objetivos comerciales de sus clientes en China.
Diferentes medios de comunicación alegan en total sincronía intrigante que estas nuevas maniobras son pruebas para rivalizar al dólar o eliminarlo, pero en China esos manejos son distintos a las imposiciones que hemos experimentado de la mano de Estados Unidos.
De hecho, el mismo Zhou Xiaochuan comparó el proyecto Libra de Facebook y el yuan digital de China, y aseguró que éste no tiene como objetivo desplazar al dólar u otra moneda fiduciaria. Igualmente manifestó que el yuan digital no representa una amenaza para el sistema financiero mundial, porque al entrar en circulación, facilitaría los pagos internacionales y haría posible la conversión instantánea de monedas.
Liu Xiaochun, decano adjunto del Instituto de Investigación de Nuevas Finanzas de Shanghai, en una investigación del año pasado, tildaba a la administración de Trump como irracional ya que buscaban utilizar el SWIFT y el sistema de compensación del dólar estadounidense para imponer sanciones de manera regular.
Por eso, la recta final de ese camino a la desdolarización se hace cada vez más necesaria, pues con esa mala praxis los riesgos financieros están a la vuelta de la esquina, hacen que el dólar pierda credibilidad al igual que SWIFT. Liu considera que se lleve a cabo una desdolarización gradual, incluso si no es renminbi.
Pero en este caso, SWIFT se adelanta y pide participación para continuar sobreviviendo en la reconfiguración del sistema que está por venir, no es, sin embargo, de la noche a la mañana, pero se visualiza en el (necesario) horizonte.
La empresa conjunta de SWIFT y el conglomerado financiero de China podría denotar el fin del papel del dólar como medio dominante de intercambio internacional. La Finance Gateway Information Service permitirá a China reforzar su posición en el sistema financiero mundial, siendo el gigante asiático la mayor economía del mundo con una punta de lanza comercial en las Nuevas Rutas de la Seda.
Solo el hecho de vislumbrar otras monedas participando en ese puente de intercambio haría, por la medida mínima, que las llamadas "sanciones" estadounidense no tuvieran sentido práctico, desarmando totalmente a Estados Unidos desde el punto de vista monetario.
La política exterior de China, en gran parte, se basa en el accionar desde espacios multilaterales en el que intervengan más actores estatales, armando una extensa red de participación. En el ámbito financiero, proponen un sistema de comercio realmente multilateral, que pueda salvaguardar la solidez y sostenibilidad del crecimiento mundial, y para ello se debe apartar la concepción de un solo hegemón, que con las turbulencias geopolíticas continúe imponiendo su voluntad.
No olvidemos que en el Año Nuevo Lunar, las autoridades Pekín y Suzhou repartirán 40 millones de yuanes digitales en un nuevo sorteo público.
Rusia apuesta al oro
En los últimos años, Rusia ha invertido más de 40 mil millones de dólares en oro, cambiando vigorosamente sus reservas extranjeras de dólares estadounidenses a oro. Por ende, manteniéndose en un proceso de remodelación de sus posiciones internacionales, Rusia recorta progresivamente la participación del dólar estadounidense en favor de otras monedas, como el yuan chino y el oro.
Es evidente que la búsqueda de alternativas para alternar la dependencia del dólar en la economía de Rusia, las "sanciones" impuestas desde Washington a Rusia y ciudadanos rusos, han sido la principal razón.
En cuanto al otro punto de partida, Rusia es protagonista, según datos de su Banco Central en enero, de un hito financiero reciente cuando se reflejó el valor de sus reservas de oro, superando sus tenencias en dólares estadounidenses por primera vez en la historia.
A fines de junio de 2020, Rusia tenía 128.5 mil millones de dólares en oro, lo que representa el 22,9% de las reservas internacionales totales de Moscú, y casi 4 mil millones de dólares más que el valor de los dólares estadounidenses en sus reservas.
Durante los primeros meses de la actual pandemia en 2020 dispararon los precios del oro, esto condujo a que aumentara el valor de las tenencias de oro de Rusia en 2020.
La directora del Banco Central ruso, Elvira Nabiullina, expresó que después de las extensas compras de los últimos años, está satisfecha con el nivel de reservas de oro de Rusia y que el objetivo es diversificar la composición de las reservas internacionales, teniendo en cuenta todos los posibles riesgos, tanto económicos como geopolíticos.
Elon Musk invierte en Bitcoin
El último punto de partida en esta entrega recae en el multimillonario Elon Musk.
Tesla reveló la nueva estrategia de su empresa en una presentación ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, proyectando más adelante aceptar la moneda digital Bitcoin como pago por sus vehículos. Aparte destacaron que su inversión de 1.5 mil millones de dólares en moneda digital en enero pasado y otros "activos de reserva alternativos" puede crecer.
Tras estos anuncios, el precio de Bitcoin se disparó a más de 44 mil dólares alcanzando un nuevo máximo histórico y luego, a través de su cuenta Twitter, Musk mostró su respaldo a Dogecoin, llamándola "la criptomoneda del pueblo" e hizo que se revalorizara en un 40%, aun cuando ésta no tenga una proyección promisoria en el futuro.
Dogecoin creada en 2009 y curiosamente se simboliza con el meme Doge.
En adelante, Tesla explicó que esa disposición tiene como objetivo diversificar y maximizar los rendimientos de su efectivo, conjuntamente agregaron que también pueden invertir efectivo en lingotes de oro y fondos cotizados en bolsa de oro, entre otros activos.
A pesar que se está hablando de compras de vehículos de alta gama, el anuncio de Tesla hace que las criptomonedas tengan mayor aceptación, porque una empresa de ese calibre que invierte en Bitcoin hace ruido en el mundo financiero y alienta a otras empresas a invertir en criptomonedas.
Expertos estiman que es solo cuestión de tiempo antes de que Bitcoin encuentre un uso más generalizado en las transacciones globales.
La adopción de nuevas formas de intercambio o indicadores de reservas no será inmediata, debido a que las implicaciones son complejas, puesto que las naciones cuentan con reservas en dólares y la respuesta del país emisor no sería para nada alentadora. La élite estadounidense no se quedará de brazos cruzados ante la pérdida de control en la esfera financiera.
Pero todos estos movimientos en el tablero, con China liderando estas iniciativas en el marco del desarrollo pacífico y nacional con amplitud global, atesoran los esfuerzos o las voluntades para diversificar la economía mundial; esto no es fortuito.
Los intentos por cambiar el patrón dólar han sido numerosos desde hace años, esta vez hay mayores triangulaciones entre Estados para llevar a cabo nuevas estrategias que conduzcan a la formación de una nueva estructura financiera, esta vez multipolar.
En estos nuevos escenarios internacionales, esa concepción de economía en expansión perpetua a costa de lo que sea de Estados Unidos, y su manejo del sistema monetario global, están condenados a mediano y largo plazo.