Sáb. 18 Enero 2025 Actualizado 4:20 pm

cese al fuego gaza.jpg

Palestinos gazatíes celebran el acuerdo de cese al fuego entre Hamás y el Estado de ocupación israelí (Foto: Getty Images)
Implicaciones geopolíticas para Asia Occidental

¿Quién gana y quién pierde con el acuerdo de cese al fuego en Gaza?

El 15 de enero los gobiernos de Israel y Catar anunciaron oficialmente el acuerdo para un cese al fuego sobre Gaza, el cual comenzará a hacerse efectivo el domingo 19 —un día antes del retorno de Donald Trump a la Casa Blanca—.

La primera fase constará de 42 días, cuadro cuando se desarrollará un intercambio de prisioneros y un retiro total de las tropas israelíes de la Franja, y de manera parcial del Corredor Filadelfia. Cataríes y egipcios estarían a cargo de mediar a favor del éxito de este proceso.

Durante la segunda fase se prevé la liberación de más rehenes y la instalación de protocolos de seguridad para el regreso de población palestina al norte de la Franja.

La tercera constaría de un completo retiro de Israel de Gaza junto con la liberación definitiva de prisioneros para el intercambio.

Aun cuando el acuerdo fue anunciado, el ejército de ocupación ha efectuado operaciones ofensivas sobre Palestina, tanto en territorio gazatí como en Cisjordania.

En el ínterin, el gabinete del primer ministro Benjamín Netanyahu ha vuelto a tener discusiones internas y amenazas de renuncias ministeriales debido a lo acordado.

Los factores más extremistas del gobierno israelí aprobaron el documento a regañadientes, con el anuncio de renuncia del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, uno de los factores gubernamentales más beligerantes, quien califica la situación de "desastrosa".

Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas conocido por su fanatizada promoción de un Gran Israel que ocupe y colonice territorios de toda Palestina, Líbano, Siria, Jordania y Egipto, también se opuso al acuerdo, pero condicionó su continuidad en el gobierno exigiéndole garantías al primer ministro de que la guerra continuaría luego de la primera fase.

Victoria (táctica) de la resistencia

Sin duda, la resistencia, liderada por Hamás, puede asumir el acuerdo como una victoria en el frente militar, con repercusiones políticas a favor de la parte palestina y negativas para la israelí.

Los constantes bombardeos aéreos y ataques en tierra sobre la población desde octubre de 2023 han provocado un genocidio de casi 40 mil pérdidas humanas, la gran y absoluta mayoría civil, de acuerdo con los reportes del Ministerio de Salud de Gaza.

Pero la realidad sería aun más cruenta: la revista científica The Lancet publicó un paper el pasado 9 de enero en el que asegura que la cifra total ascendería a más de 70 mil, contando a los posteriores fallecidos por lesiones traumáticas. Es decir, que habría alrededor de 70% más de muertes que lo reportado oficialmente por las autoridades de la Franja. El estudio no cuenta los desaparecidos.

La matanza sistemática del ejército de ocupación, sin embargo, no ha minado la moral ni la actitud de resistencia de la población palestina; y citando al periodista palestino-estadounidense Ali Abunimah:

"Después de 15 meses los combatientes de la resistencia palestina siguen atacando a las fuerzas de ocupación israelíes en todas las partes de Gaza donde están presentes, incluidas las áreas del extremo norte a las que Israel ingresó y, supuestamente, obtuvo el control en las primeras semanas de su invasión.

"Las grandes pérdidas y el desgaste constante han minado durante meses la capacidad y la moral del ejército israelí para llevar a cabo un esfuerzo inútil en derrotar a una resistencia que se mueve a través de un extenso sistema de túneles, que permanece prácticamente intacto".

El análisis del periodista se compagina con lo dicho recientemente por el saliente secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, una confesión que raya en la realpolitik:

"Hamás no puede ser derrotado militarmente, y lo estamos viendo en el norte de Gaza. Estimamos que Hamás ha reclutado casi tantos combatientes nuevos como los que ha perdido. Esa es una receta para una insurgencia duradera y una guerra perpetua".

En palabras del jefe negociador del acuerdo por Hamás, Jalid Al Hayya:

"La batalla del 'Diluvio de Al Aqsa' fue un punto de inflexión significativo en la historia de nuestra causa y las etapas de resistencia de nuestro gran pueblo, y el impacto de esta batalla perdurará y no cesará, si Dios quiere, con el final de esta batalla. Lo que sucedió el 7 de octubre —un milagro, un logro militar y un triunfo en materia de seguridad llevado a cabo por la élite Qassam [el brazo militar de Hamás]— seguirá siendo el orgullo de nuestro pueblo y nuestra resistencia, transmitido de generación en generación. Nuestro pueblo recuperará todos sus derechos, si Dios quiere, y esta ocupación pronto será expulsada de nuestra tierra, de Al Quds [nombre árabe de Jerusalén] y los lugares sagrados, si Dios quiere" (las negritas son nuestras).

Ya que el acuerdo contempla un retiro parcial —o casi total— del componente militar en su primera fase, puede considerarse una victoria palestina sin precedentes. Para el Estado de ocupación es una derrota en toda la regla puesto que los objetivos de limpieza étnica y extensión y estabilización de los asentamientos de colonos, además de eliminar a Hamás del mapa político y militar de Palestina, no fueron cumplidos.

La "victoria total" que prometió Netanyahu en junio de 2024 ante el Congreso estadounidense, entre vítores y aplausos, ya no será.

Ello al menos en el corto plazo, mientras —es lo más probable— el cese al fuego contribuye a la reorganización y reabastecimiento de la parte militar israelí para una nueva ofensiva. Sobre todo si la extrema derecha política y religiosa del Estado se mantiene en el poder con apoyo de Washington.

Al mismo tiempo, la resistencia palestina haría lo mismo, toda vez que sus autoridades afirman que esta es apenas una etapa inicial de un conflicto estratégico —lo dicho por Al Hayya—. En ese sentido, es una victoria táctica —el corresponsal palestino de The Cradle la califica de "frágil victoria"— de Hamás y sus aliados en Palestina y la región.

La voluntad en ascenso de EE.UU.

Todo lo anterior no borra el hecho de que Estados Unidos ha logrado algunos objetivos estratégicos en Asia Occidental, entre ellos finalmente reubicar Siria fuera del mapa del llamado Eje de la Resistencia y eliminar toda la estructura de mando del Hezbolá libanés, responsable de infligir duras derrotas militares a Israel durante la primera década de nuestro siglo.

Sin embargo, esta última organización político-militar pudiera reanudar sus operaciones de resistencia en la frontera sur del Líbano tras el cese del acuerdo de alto el fuego el próximo 27 de enero, algo que temen las autoridades israelíes, según reportes.

A este cuadro habría que añadir al Ansar Alá, una alianza de los hutíes con el ejército de Yemen, el cual ha ascendido como un factor político-militar importante del Eje de la Resistencia, con sus ataques a Israel y los activos navales de Estados Unidos y Reino Unido en el mar Rojo y el golfo de Adén.

Bajo este panorama regional, la posición de Irán también sufrió severos golpes durante los últimos meses, siendo el líder indiscutible del mencionado Eje. Pero también tiene la oportunidad de reorganizar sus canales directos e indirectos de apoyo a los demás actores aliados y de consolidar sus propias capacidades defensivas y ajustar la visión estratégica de cara a lo que se viene.

En todo caso, la presión que ha ejercido el próximo presidente estadounidense, Donald Trump, sobre Netanyahu para llegar a un acuerdo con Hamás —aun cuando Biden reclame para sí este cuadro— confirma que la voluntad de Estados Unidos sobre la estrategia de Israel y la remodelación de Asia Occidental prevalece por sobre los intereses de otros actores globales y regionales.

De acuerdo con un reporte y análisis de Haaretz, el enviado de Trump para Asia Occidental, Steve Witkoff, forzó al primer ministro israelí a lograr el cese al fuego. Axios citó al senador neocon Lindsey Graham: "La gente de la región no quiere empezar con mal pie con Trump", quien deseaba una liberación de rehenes israelíes antes de volver a la Casa Blanca.

En ese sentido, Abunimah tiene razón al afirmar: "Este acto podría destruir el mito de que el lobby de Israel tiene una influencia decisiva sobre el gobierno de Estados Unidos".

Ello no quiere decir que Israel descenderá escalones entre los principales intereses de la política exterior de Washington en Asia Occidental; todo lo contrario. Después de todo, las mayores inversiones de Estados Unidos en la región tienen al Estado de ocupación como principal receptor.

Trump explicó brevemente cuál es su visión del acuerdo, a través de su cuenta en Truth Social:

"Con este acuerdo en vigor, mi equipo de Seguridad Nacional, a través de los esfuerzos del Enviado Especial para el Medio Oriente, Steve Witkoff, continuará trabajando estrechamente con Israel y nuestros aliados para asegurarse de que Gaza NUNCA más se convierta en un refugio seguro para terroristas. Continuaremos promoviendo la PAZ A TRAVÉS DE LA FUERZA en toda la región, a medida en que aprovechemos el impulso de este alto el fuego para expandir aun más los Históricos Acuerdos de Abraham. ¡Este es solo el comienzo de grandes cosas por venir para Estados Unidos y, de hecho, para el mundo!" (Las negritas son nuestras).

Claramente, la agenda de los Acuerdos de Abraham, firmados en 2020, sigue siendo un factor estratégico para la venidera administración estadounidense, cuyo objetivo principal consiste en reconfigurar el mapa geopolítico y económico de Asia Occidental con vistas a concretar una serie de objetivos estratégicos, entre ellos:

  • Minar la influencia de Irán en la región, al forjar alianzas con países árabes.
  • Integrar a Israel en el tejido regional y fortalecer su posición, bajo un foco de normalización de relaciones comerciales y de seguridad.
  • Borrar la "cuestión palestina" del mapa y consolidar la ocupación israelí.
  • Y, con ello, establecer un nuevo equilibrio de poder en la región.

Los Acuerdos de Abraham representaron un punto de inflexión en la historia de la región medioriental. Desde el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén y denominarla como capital de Israel, la marginalización de la causa palestina en la agenda regional e internacional de Estados Unidos fue materializándose y, con ello, la legitimación de la ocupación.

Dicho programa ha complicado aun más la perspectiva de una solución de dos Estados —impulsada por resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU—, al fortalecer la posición de Israel y debilitar la de los palestinos.

Precisamente, el "Diluvio de Al Aqsa" vino a poner una piedra de tranca a este escenario. Además, el genocidio sobre Gaza le restó legitimidad a los acuerdos; el convenio para el cese al fuego, de factura estadounidense (trumpista), vendría a revitalizar la voluntad estadounidense en el cuadro regional.

De facto esta sería una pausa necesaria y temporal con las intenciones estadounidenses de prepararse para una próxima etapa de remodelación y reafirmación del control de Washington sobre Asia Occidental. El optimismo por un periodo de paz prolongado en la región no está en el horizonte, sobre todo si tomamos en cuenta el historial de agresión económica y militar de Trump 1.0 contra Irán, cuya República Islámica acaba de firmar un Tratado de Asociación Estratégica Integral con la Federación Rusa.

Con la expansión de los Acuerdos de Abraham —Trump dixit—, el panorama a favor de Palestina se vería alterado significativamente. Los próximos movimientos de la resistencia palestina dependerán en gran medida de cómo evolucione la estrategia de Estados Unidos en la región, aun cuando el genocidio se detenga a corto plazo y el Eje de la Resistencia se reacomode de cara a un futuro no tan promisorio en términos de estabilidad regional.

— Somos un grupo de investigadores independientes dedicados a analizar el proceso de guerra contra Venezuela y sus implicaciones globales. Desde el principio nuestro contenido ha sido de libre uso. Dependemos de donaciones y colaboraciones para sostener este proyecto, si deseas contribuir con Misión Verdad puedes hacerlo aquí<