Mié. 18 Diciembre 2024 Actualizado Sábado, 14. Diciembre 2024 - 10:42

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Donald Trump podría tomar medidas contraproducentes para su propio país (Foto: Carlo Allegri / Reuters)

Los aspectos claves de la amenaza de Trump a los BRICS

Donald Trump decidió desempolvar su primer libro, El arte del acuerdo, para aplicar algunos de sus axiomas en el terreno internacional y económico, a poco más de un mes de su nueva asunción como presidente. Con su estilo particular, hizo una amenaza a los Brics el pasado 30 de noviembre:

"La idea de que los países Brics están tratando de alejarse del dólar, mientras nosotros nos quedamos mirando, ha terminado. Exigimos un compromiso de estos países de que no crearán una nueva moneda Brics, ni respaldarán ninguna otra para reemplazar el poderoso dólar estadounidense o, de lo contrario, enfrentarán aranceles de 100% y deberán despedirse de vender en la maravillosa economía estadounidense. ¡Pueden ir a buscar a otro 'imbécil'! No hay posibilidad alguna de que los Brics reemplacen el dólar estadounidense en el comercio internacional, cualquier país que lo intente debería despedirse de Estados Unidos".

Hasta los momentos, solo Rusia ha respondido oficialmente a la intimidación. A través de Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin, Moscú respondió:

"Si Estados Unidos recurre a la fuerza para obligar a los países a utilizar el dólar, probablemente reforzará aun más estas tendencias a pasarse a las monedas nacionales. El dólar está empezando a perder su atractivo para una serie de Estados".

Peskov añadió que "se trata de un proceso de erosión del atractivo del dólar que, de hecho, está en marcha y cobrando impulso".

La réplica del Kremlin corresponde, en efecto, a una tendencia que viene agudizándose desde 2022, cuando Estados Unidos, secundado por la Unión Europea, emitió una serie de sanciones destructivas contra la Federación Rusa como forma de responder a la Operación Militar Especial en Ucrania y el Dombás, medidas que permitieron robar unos 325 mil millones de dólares en activos rusos, entre cuentas bancarias, propiedades inmobiliarias, acciones, bonos e inversiones, la mayoría ubicados en la Unión Europea.

Por otro lado, el portavoz de la embajada china en Estados Unidos, Liu Pengyu, dijo que "nadie ganará una guerra comercial" por comentarios anteriores del magnate sobre una subida de 10% a la tasa arancelaria para los productos chinos apenas se volviera a instalar en la Casa Blanca.

Ambos países han aumentado los niveles comerciales a números récord en los últimos dos años, usando cada vez más las monedas nacionales —sobre todo el renminbi— y disminuyendo la participación del dólar en las transacciones transfronterizas.

Los reportes de que China se está preparando para ser sancionada por Estados Unidos debido a las tensiones con Taiwán, tomando la experiencia rusa en la materia, confirmaría que en efecto hay una tendencia irrenunciable a llevar adelante alternativas al dólar en los movimientos comerciales y financieros entre los países más influyentes de los Brics.

Durante la cumbre del bloque multipolar en la ciudad rusa de Kazán, en octubre pasado, el presidente Vladímir Putin refirió que el marco coercitivo impuesto por Washington sobre su país ha generado una respuesta en la búsqueda de alternativas para realizar y recibir pagos transfronterizos.

Así, el Ministerio de Finanzas ruso anunció este año la creación de Brics Bridge, un sistema unificado de pagos, aun en desarrollo, que brindaría la posibilidad de sustituir la mediación de las instituciones bancarias tradicionales y facilitaría la transmisión de mensajes financieros a través de una plataforma digital y bajo el uso de monedas nacionales.

También se ha planteado un sistema para la contabilidad y compraventa de valores y la actividad de inversiones llamado Brics Clear, así como Brics Pay, un servicio de pago digital para ciudadanos extranjeros que facilitaría las operaciones con tarjetas, tanto Mastercard y Visa como el ruso Mir.

Ante estas iniciativas, el próximo presidente estadounidense decidió apretar el botón de alarma preventiva con una nueva amenaza arancelaria, que podría ser producto de un malentendido, una sobrerreacción o, incluso, un tiro por la culata.

No es la primera vez

Sin embargo, no sería la primera vez que Trump anunciara el aumento de las tarifas comerciales hacia Estados Unidos en el caso de intentar un reemplazo del dólar a escala internacional.

Lo que planteó a través de las redes digitales lo hizo con anterioridad durante la campaña electoral, en un foro económico, esta vez sin referirse a los Brics de manera explícita.

Además, propuso nuevos aranceles a productos de México y Canadá —de 25%—, con los cuales Estados Unidos mantiene tratados de libre comercio, debido a lo que él cree que son "injusticias comerciales".

Desdolarización en ciernes

Un artículo de Bloomberg comentó que lo de Trump es una provocación sin necesidad ya que, de acuerdo con el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), el dólar se usa en 90% de los movimientos comerciales en el mundo.

Sin embargo, la amenaza arancelaria podría basarse en una falta de confianza progresiva en la moneda estadounidense, observada por los próximos decisores de la política en Washington, dice la nota del medio neoyorquino.

Pero se debe reconocer la supremacía del dólar en tanto moneda de alta circulación comercial y como activo de reserva. La publicación rusa Nezabisimaya Gazeta comenta:

"Por mucho que algunas regiones intenten reducir su dependencia del dólar estadounidense, desde el punto de vista mundial el dólar conserva su fuerza, subraya Natalia Pýrieva, analista de la sociedad de inversiones Tsifra Broker. En su opinión, los políticos estadounidenses no podrán influir en las relaciones comerciales exteriores entre los países del grupo [de los Brics], pero estos tampoco podrán renunciar en gran medida al dólar. No obstante, muchos países en vías de desarrollo siguen reduciendo la parte del dólar en sus liquidaciones internacionales, señala Oleg Kalmanóvich, analista jefe de Neomarkets".

El mismo Putin dijo en Kazán que, de no ser por el bloqueo financiero contra Rusia y la armamentización del dólar, su país continuaría usando la moneda estadounidense por razones de conveniencia.

De este modo, el consenso entre los gobernantes de los países Brics parece apuntar no hacia el reemplazo del dólar como moneda hegemónica sino en la generación de alternativas debido a las actuales y potenciales guerras financieras y comerciales de Washington contra el resto del mundo.

A la gestación de otras opciones, Estados Unidos responde de acuerdo con la política establecida por el gobierno de turno. Desde 2015 Trump ha estado haciendo campaña para el incremento de aranceles como medida proteccionista; cuando estuvo en la Casa Blanca aplicó solo algunas de sus promesas económicas, entre ellas el aumento de las tarifas a productos de tecnología avanzada provenientes de China.

Además, la imposición de sanciones destructivas sobre Irán y Venezuela durante su gestión dio pie a que nuestros países, junto con los Brics, se sumaran al desarrollo de instrumentos financieros alternativos por necesidad.

Aunque la desdolarización es una tendencia, ciertamente aun es incipiente y no es una amenaza inminente para Estados Unidos. No se trata de una realidad que se materializará en el corto plazo, pero sí es un factor a considerar en Washington en el mediano y largo plazo. Todo ello mientras los pilares del dólar sigan incólumes: la coerción, la llamada "confianza" y el petrodólar.

El primer pilar es una política estructural de Estados Unidos, que mantiene una actitud agresiva ante el decaimiento de su hegemonía global. El segundo ha sido quebrantado por las medidas sancionatorias contra Rusia y otros países a los que se les han congelado e, incluso, robado sus activos en organismos financieros internacionales. El tercero parece invariable, si bien China se asoma con el petroyuan en el panorama energético.

Por qué Trump insiste en el aumento arancelario

Desde que EE.UU. acabó con la paridad oro/dólar en los años 70, comenzó un proceso de liberalización extrema de la economía y las finanzas de Estados Unidos. Dicho país tiene más de cuatro décadas consecutivas con déficit comercial que, de acuerdo con el economista Richard Koo, le ha producido pérdidas "equivalentes a 153% del PIB desde 1980", unos 41 billones de dólares a la tasa actual.

Koo advierte que, como consecuencia, generó un dólar muy fuerte en la arena internacional pero a escala local "los déficits comerciales están directamente relacionados con la industria manufacturera e implican un enorme número de empleos manuales, mientras que en el sector financiero un grupo relativamente pequeño de personas maneja grandes volúmenes de dinero".

La lógica económica de Trump —más bien, de sus asesores— es que a mayor importación de productos terminados, menor es el poderío de la industria manufacturera local, uno de los orgullos del país norteamericano a mediados del siglo XX. Es un fenómeno que nuestro país conoce muy bien históricamente, a raíz de lo que Juan Pablo Pérez Alfonzo llamó "efecto Venezuela”.

Que el magnate amenace con imponer aranceles a los productos provenientes de los países Brics está en consonancia con la visión económica de su equipo. Sin embargo, una tarifa de 100% afectaría gravemente la "maravillosa economía estadounidense" —alta productora de bienes energéticos terminados, varios rubros en agricultura y tecnología asociada a la industria electrónica, y no mucho más— y, asimismo, la confianza financiera en el dólar ya que implicaría un menor uso de la moneda estadounidense en las transacciones comerciales entre los países Brics, si bien 88% del volumen de negocios dentro del grupo se realiza en monedas nacionales.

Pero el principal comprador de exportaciones chinas es Estados Unidos, según un informe de abril 2024 realizado por la Organización Mundial de Comercio. De esta manera, el impuesto de 100% a los productos chinos produciría un desbalance importante en el consumo estadounidense, así como en sus importaciones de tierras raras —importantes para la industria electrónica y tecnología de punta—, mercado del cual el país asiático es líder en el mundo.

Y, como ya mencionamos, China se ha estado preparando para un escenario de restricción comercial y financiera durante la nueva era Trump.

En ese sentido, los Brics continuarán gestando nuevas arquitecturas financieras y usando sus monedas nacionales para inversiones y comercio. ¿El supuesto experto negociador y magnate estaría dispuesto a vaciar la economía estadounidense de los necesarios productos provenientes de esos países y provocar un menor uso del dólar en el mundo productivo y comercial de Asia y África? ¿Asumirá los costos de que la susodicha moneda deje de ser "poderosa"? ¿Estados Unidos volvería a dispararse en el pie con más guerras financieras y comerciales?

— Somos un grupo de investigadores independientes dedicados a analizar el proceso de guerra contra Venezuela y sus implicaciones globales. Desde el principio nuestro contenido ha sido de libre uso. Dependemos de donaciones y colaboraciones para sostener este proyecto, si deseas contribuir con Misión Verdad puedes hacerlo aquí<