Mié. 18 Diciembre 2024 Actualizado Sábado, 14. Diciembre 2024 - 10:42

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Presidente Nicolás Maduro en Petroboscán, empresa mixta entre PDVSA y Chevron (Foto: Prensa Presidencial)

¿La tensión postelectoral ha afectado los acuerdos energéticos con PDVSA?

En los días previos a la elección presidencial del 28 de julio en Venezuela se registró una importante cohesión de posturas entre inversores y ejecutivos del sector petrolero sobre los posibles resultados de la jornada.

Estos factores, en general, anticiparon la victoria del presidente Nicolás Maduro, lo que reflejó expectativas de consenso en torno a la posibilidad de continuar operando en el país conforme a garantías de estabilidad y seguridad ofrecidas por el Gobierno Bolivariano.

El Wall Street Journal, antes de los sufragios, publicó un artículo que resumió cómo las preferencias de ejecutivos petroleros estadounidenses estaban en la continuidad del gobierno de Maduro como garantía de resguardo de sus inversiones en el sector de hidrocarburos venezolano. 

La publicación confirmó que empresarios del rubro y acreedores de Wall Street estaban en sintonía con el mandatario venezolano cuando aseveró, en junio, que estaba garantizada la "estabilidad, seguridad jurídica, paz, relaciones de beneficio mutuo".

Por otro lado, el medio citó a un directivo que mantiene conversaciones con el presidente venezolano, quien argumentó que de ganar la oposición el 28J "esto sería un desastre, lo que se obtendrá será el peor escenario para la seguridad energética de la región. Mi recomendación es que trabajen con este tipo [Nicolás Maduro] durante seis años más". 

Estabilidad vence la incertidumbre

En medio de las tensiones con Washington por su aparente intento de reeditar el "proyecto Guaidó" con el excandidato Edmundo González Urrutia, derrotado el 28J, Maduro ofreció una rueda de prensa internacional en la que convocó a los inversionistas del sector petrolero a "la calma, cordura y máxima confianza porque Venezuela tiene leyes y las leyes se respetan, tiene Estado", reafirmando las garantías jurídicas y financieras que ofrece el gobierno venezolano. 

El Jefe de Estado también indicó que la nación puede transferir los derechos para desarrollar los yacimientos de petróleo y gas natural en su territorio a los países Brics. Más concretamente afirmó que si Estados Unidos y sus aliados continúan intentando desestabilizar el país, "los permisos para esos campos de petróleo y gas que ya han sido firmados irán a nuestros aliados, porque nadie puede detener a Venezuela".

A pesar de la coyuntura de tensión postelectoral, PDVSA continúa operando con normalidad. El día de ayer la empresa estatal informó que se realizaron labores de cañoneo en el pozo Ceiba 0015 en el estado Trujillo, bajo el paraguas del plan de rehabilitación de pozos para aumentar la producción de crudo de 21 grados API.

A este clima de normalidad se debe agregar la felicitación por la reelección del presidente Maduro manifestada por el Secretario General de la OPEP, Haitham Al Ghais, figura de prestigio en el mercado petrolero internacional, cuyo mensaje de apoyo al mandatario venezolano destacó la importancia del país caribeño para la organización y el desarrollo energético internacional. 

Por otra parte, destacan las declaraciones recientes del ministro de Energía de Trinidad y Tobago, Stuart Young, quien aseguró que la situación política en Venezuela no interrumpiría los grandes proyectos bilaterales de gas natural en alta mar.

Después del histórico acuerdo para el desarrollo de Campo Dragón en diciembre de 2023, ambos países suscribieron recientemente siete acuerdos bajo el marco de cooperación de campos compartidos, con la vista puesta en el desarrollo del Campo Manakín-Cocuina. 

La empresa estadounidense Chevron hoy posee cinco compañías mixtas con PDVSA, y recientemente se extendió la vigencia de sus contratos hasta 2047 y 2050; las estimaciones de este modelo de inversión son de crecimiento acelerado.

Previamente a la elección, el presidente Maduro, desde las instalaciones de la Empresa Mixta Petroboscán (PDVSA y Chevron), celebró tanto el envío del buque número 100 hacia las costas de Estados Unidos en año y medio, como la suscripción de diez nuevos contratos de diversificación de inversión.

EL SILENCIO TAMBIÉN DICE ALGO

Hasta los momentos, el discurso de Maduro orientado a la estabilidad y el cumplimiento de los compromisos, junto a las inversiones y acuerdos de gran calado en Venezuela en materia de hidrocarburos, ha surtido un efecto tranquilizador en el mapa de inversionistas y empresas petroleras con operaciones en Venezuela, donde los tratados suscritos en esta materia no se han visto afectados por la tensión política y electoral en el país.

Tampoco se ha puesto sobre la mesa, de forma decisiva, la posibilidad de recrudecer las sanciones ilegales contra el sector petrolero venezolano, lo que sugiere un consenso importante por defender el desempeño regular de las inversiones en el país.

A más de una semana de la elección presidencial, medios de comunicación especializados en el mercado energético, firmas de consultoría y empresas de peso dentro de la industria se han inhibido de hacer declaraciones que denoten inseguridad e incertidumbre sobre la realidad política venezolana.

Esta prudencia lleva implícita un dato significativo debido a que existe una expectativa colectiva de que los acuerdos firmados bajo el régimen de licencias estadounidense continúen funcionando con normalidad. 

La ausencia de ruido y alarmismo se convierte, en este contexto, en una posición que refleja una especie de optimismo cauteloso dentro del sector. 

El profesor asociado del Departamento de Estudios Americanos de la Universidad Estatal de San Petersburgo, Grigory Yarygin, considera que en el ámbito energético no cabría esperar una escalada significativa de la administración Biden, traducida en la aplicación de más sanciones a la industria o revocación de licencias ya que se encuentra presionada por aumentar la oferta de petróleo en el mercado ante la necesidad global de suministro en medio de eventos políticos en desarrollo.

En este cuadro, el enfoque pragmático de empresas e inversionistas subraya una realidad en la que la economía pareciera ir en un canal independiente de la política.

El discurso de estabilidad del presidente venezolano y la recuperación progresiva de PDVSA han logrado consolidar una relación de confianza con empresas e inversionistas, quienes prefieren un entorno predecible y favorable para sus actividades en Venezuela. 

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