Sáb. 16 Noviembre 2024 Actualizado 11:45 am

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Qatargas es la empresa estatal a cargo de la extracción, producción y comercio del gas natural catarí. (Foto: Qatar News Agency)

La apuesta gasífera de Catar podría cambiar la geopolítica energética

Catar se está posicionando como una de las mayores potencias energéticas de Asia Occidental, y del mundo en general. Se descubrieron los primeros yacimientos de petróleo en 1939, pero desde 1949 el país árabe comenzó a exportar crudo para, paulatinamente, volverse uno de los más ricos de su región. Aun era colonia británica; se hizo independiente a partir de 1971.

Se calcula que las reservas petroleras de Catar están en los 15 mil millones de barriles, con una estimación de casi 40 años de durabilidad. Este es uno de los factores por los que su estrategia energética a corto, mediano y largo plazo ha dado un giro de 180 grados, y se ha enfocado en el gas.

Posee la tercera mayor reserva gasífera del mundo, aproximadamente 14% del total mundial, ubicada en alta mar, en la península que cobija el golfo Pérsico. Solo Rusia e Irán tienen reservas cuantificadas más grandes.

Qatargas es la empresa estatal a cargo de la extracción, producción y comercio del gas natural catarí, la más grande del mundo en el sector de gas natural licuado (GNL). Actualmente produce 77 millones de toneladas de GNL anualmente. La empresa matriz es Qatar Energy. Exporta 75% de lo que produce en GNL, y sus principales mercados son: Corea del Sur (21,5% de sus exportaciones), India (14,5%), China (14,4%) y Japón (13,9%).

El crecimiento de Catar en el mercado gasífero mundial comenzó a evidenciarse de manera ininterrumpida desde mediados de la década de 1990, lo que ha ayudado a expandir su economía a altísimos niveles —sobre todo a mediados de la década del 2000—, comparables a la de los países de Europa occidental si tomamos en cuenta sus ingresos per cápita. El siguiente gráfico da cuenta de la importancia del gas en el auge de la economía catarí.

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En el gráfico se muestra cómo a mediados de la década del 2000 hubo un crecimiento importante de la economía catarí, llegando a los más de 200 mil millones de dólares del PIB a principios de la década de 2010 debido a los ingresos por exportación gasífera (Foto: BBC Mundo)

Si bien el volumen de reservas petroleras es una de las razones de este giro, la transición energética es otra que ha traído a colación el Estado catarí. En efecto, entre sus partidarios, el gas es calificado como “combustible puente” en la vía hacia la descarbonización de la generación eléctrica. Sin embargo, las dificultades para los países mediana o altamente dependientes de la importación de GNL se hacen palpables por los altos precios en el mercado.

En Europa, debido a esta última variable, y a raíz del bloqueo energético contra Rusia, la centrales térmicas quieren y necesitan volver al carbón por los precios y su ubicuidad.

El año pasado (2023) se quemaron 8 mil 530 millones de toneladas de carbón, récord en la historia. Los principales países con economías en desarrollo, como China e India, lideraron el consumo de combustibles fósiles, alimentando sus industrias productivas.

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La generación eléctrica en Asia está siendo liderada por el consumo de carbón por encima del gas. (Foto: Bloomberg)

Uno de los objetivos de Catar consiste en suplantar completamente, en su propia matriz energética, el carbón por el gas. Para esto ha desarrollado su industria gasífera para lograr una expansión sin precedentes de su capacidad productiva, sin intenciones de saturar el mercado sino, precisamente, adelantándose al apetito que tienen varias regiones por el gas natural. La idea es que el recurso esté lo suficientemente barato para estimular la demanda.

  • Hemos de recordar que Catar se retiró de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en el año 2019.

“Las inversiones en infraestructuras de extracción, licuefacción y distribución se multiplicaron para optimizar el rendimiento de sus ingentes reservas y ello se tradujo en un incremento exponencial de las exportaciones”, explica el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX).

En el proyecto North Field East, donde están las mayores reservas de gas catarí, Qatargas tiene el objetivo de ampliar la capacidad productiva de 77 millones de toneladas a 126 millones de toneladas de GNL por año, en su primera fase. Con la segunda, la compañía estima aumentar de 126 millones de toneladas a 142 millones de toneladas anuales antes de 2030.

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Los planes de Catar para subir la producción de GNL están dando los resultados esperados (Foto: Qatar Energy)

En este futuro escenario de superávit de gas natural en los mercados energéticos asiáticos, los países con economías en desarrollo de esa región, sobre todo China e India, pueden contar con la energía catarí, tanto para dar pasos hacia la “transición energética” como para no comprometer sus finanzas ni su seguridad energética. Ese es el mensaje que está dando el emirato a sus mayores compradores.

Además, si bien los precios del barril de petróleo son volátiles, dependiendo de las circunstancias geopolíticas, los contratos de suministro de gas son habitualmente a largo plazo y mantienen, por tanto, precios más estables. Ello a pesar del giro estratégico que está dando Catar.

La visión estratégica a largo plazo de los cataríes está basada en la soberanía para financiar y construir sus proyectos de instalación de infraestructura y exportación de GNL, ya que usa sus propios fondos y no depende de la firma de contratos para el financiamiento. Produce al nivel de los costos más bajos del mundo; de esta manera consigue compradores a futuro con mayor facilidad, y así recupera la inversión y refinancia sus proyectos. Está cambiando el paradigma de cómo producir gas natural para la exportación.

Y asimismo está dando un giro de 180º a cómo se concibe el mercado gasífero: los objetivos están determinados por los volúmenes de producción y exportación, y no por la dinámica de precios. El interés consiste en brindar una alternativa al petróleo.

MERCADO EUROPEO Y LA ESTRATEGIA DE ESTADOS UNIDOS

La estrategia catarí se debe revisar junto con la situación energética de Europa y la estrategia de Estados Unidos en el rubro, país que conquistó las cuotas del mercado europeo y, en la actualidad, representa ahora la mitad de las importaciones europeas de GNL.

Las exportaciones de GNL de Estados Unidos a Europa aumentaron más de 137% en los primeros 11 meses de 2022 en comparación con el mismo periodo de 2021.

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Estados Unidos representó casi la mitad de la importanciones de GNL de Europa (Foto: Bloomberg)

Estados Unidos ha ampliado significativamente su infraestructura de GNL mediante el reforzamiento de terminales como la de Sabine Pass en Luisiana o las de Texas.

Sin embargo, en enero pasado la administración de Joe Biden publicó un anuncio sobre el inicio de la pausa temporal en las aprobaciones pendientes de exportaciones de GNL a países que no son parte del Tratado de Libre Comercio (TLC), excepto a los de la Unión Europea, hasta que el Departamento de Energía actualice los análisis subyacentes para las autorizaciones en esa materia.

De esta manera, Estados Unidos continúa reforzando y promoviendo el evangelio sobre su seguridad energética para tomar ventaja y control de las rutas comerciales en esta materia, imponiendo un escenario en el que sus competidores quedarán por fuera. Se trata de una política en un contexto de sabotaje al complejo ruso-europeo de gasoductos Nord Stream, las sanciones ilegales contra Rusia y la inyección de capital a la infraestructura portuaria estadounidense, lo que ha llevado a Estados Unidos a convertirse en el mayor exportador de GNL del mundo en 2023.

En este contexto, en el que el mercado europeo está saturado de GNL estadounidense y la Casa Blanca actualiza su estrategia gasífera, Catar se erige como un competidor estable en el sector con miras a reforzar su posición en Asia y con posibilidades de alimentar la dieta energética de Europa, si los vientos geopolíticos lo permiten.

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