En la próxima reunión de los Brics+, en la ciudad rusa de Kazán, uno de los temas clave en la agenda del evento final será la discusión sobre la creación de un mecanismo de pago conjunto que facilite las transacciones comerciales y financieras de los países que integran el bloque, en pro de garantizar lazos económicos independientes de la arquitectura del dólar.

Desde el 1 de enero de este año, cuando la Federación Rusa asumió la presidencia de los Brics+, se conocieron las prioridades que su presidencia pro témpore tendría durante los doce meses de conducción del bloque. 

Entre todas destacaba la referida a "desarrollar la cooperación interbancaria, brindar asistencia para transformar el sistema de pagos internacional y ampliar el uso de las monedas nacionales de los Estados miembros en el comercio mutuo".

De esta manera, el anuncio proporcionado por Victoria Panova, vicerrectora de la Escuela Superior de Economía, jefa del Consejo de Expertos sobre la Preparación y el Apoyo de la Presidencia rusa en los Brics, se enmarca en la agenda que Moscú venía planificando, que además da cumplimiento a una de las directrices establecidas en la declaración de Johannesburgo de 2023, en especial en su punto 45.

A pesar de no haber trascendido mayor información, hasta ahora se conoce que el sistema operará sobre la base de la plataforma de pago supranacional Brics Bridge y funcionará de forma similar al Swift controlado por el bloque occidental (EE.UU. + Europa).

Los pagos se realizarán en las monedas nacionales de los países miembros, mientras que el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) actuará como plataforma para la integración, conversión y compensación.

Asimismo, también a principio de año se conoció que la plataforma trabajará para crear un sistema de pago independiente, basado en monedas digitales y blockchain, con el objetivo de facilitar el comercio intrarregional.

No extrañaría, en este contexto, que ambos pronunciamientos converjan en los anuncios que traerá la cumbre de Kazán en octubre, como lo refirió en la reunión interparlamentaria de los Brics+ la presidenta del Consejo de la Federación, Valentina Matviyenko.

El bloque, fundado en la institucionalidad creada —que incluye el NBD y el posible uso de un token digital que sirva de moneda vehicular común para este sistema de pago—, opera con un enfoque de relación flexible en el que no se cede soberanía ni se crean instituciones supranacionales. De esta manera se rompe con el paradigma hegemónico de la integración, representado por la Unión Europea.

Implicaciones geopolíticas

Además del hecho de que Brics Bridge apuntale el ciclo actual de desdolarización, la puesta en funcionamiento de ese sistema de pago abarca otros elementos de gran relevancia.

El primero es que se potenciará el comercio entre los socios de la instancia mediante la facilitación de las transacciones de los gobiernos, las empresas y las personas. El segundo —más importante desde la perspectiva de Venezuela como país sancionado— es que crea un mecanismo efectivo que limita, o reduce, la hegemonía del dólar y, por consiguiente, el chantaje y la extorsión de las presiones estadounidenses.

El comercio intraBrics, respecto al primer punto señalado, aumentó 56% entre 2017 y 2022 hasta alcanzar los 614 mil 800 millones de dólares en 2022; además, el volumen total de inversión extranjera directa (IED) entre los países del bloque creció desde 27 mil millones de dólares en 2010 hasta 167 mil millones de dólares en 2020, lo que supone un aumento de seis veces.

Las posibilidades que abre el uso de monedas nacionales en los sistemas de pago y liquidación entre los países miembros, en términos de aumento de comercio e inversión, potenciarán aun más el tamaño de los Brics+ en la economía mundial, y así se consolidará un sistema alternativo de financiación y pago más allá del establecido con los acuerdos de Bretton Woods.

A pesar de ser presentados desde Occidente como una asociación antiestadounidense, los Brics+ plantean la reconfiguración y transición del orden internacional actual, unilateral y hegemónico, hacia uno con características multipolares, más justo y equitativo. El profesor de la universidad de Willamette, Yan Liang comenta que

"Si bien los Brics+ a menudo se presentan como un grupo antioccidental —o antiNorte— cuyo objetivo reside en desafiar el orden mundial occidental, el colectivo no se ve a sí mismo como un rival. Más bien se posiciona como un contribuyente a un sistema global más inclusivo y multilateral que aborda las necesidades, intereses y aspiraciones del Sur Global".

Respecto al segundo punto anotado más arriba, estaríamos a las puertas de un sistema de pago independiente, inmune a la presión política, al abuso y a la interferencia de sanciones externas que afectan hoy en día el comercio, por ejemplo, de Rusia e Irán de forma directa —ambos miembros de pleno derecho de la instancia— y a otros países que, como Venezuela, se encuentran sancionados y excluidos de forma premeditada del comercio internacional.

En este sentido, la medida que plantean los Brics permitiría configurar la arquitectura de un nuevo orden monetario y financiero, cuyo objetivo principal es proteger los países del Sur Global de la instrumentalización del dólar como base operativa de las sanciones económicas occidentales. 

Para el profesor de la universidad de Duke, Gao Bai:

"La mayoría de los países del Sur Global no desea tomar partido en las cuestiones político-económicas mundiales. Lo que busca es un mundo multipolar y la creación de plataformas internacionales más igualitarias y justas, que representen mejor sus intereses para poder protegerse de los riesgos que plantea el actual orden económico internacional. Al abogar por la desdolarización, estos países pretenden mitigar los diversos riesgos que plantea el dólar estadounidense, no enfrentarse a él".

Venezuela dentro de la nueva ecuación económica Y comercial de los BRICS+

En agosto de 2023 Venezuela formalizó su intención de incorporarse, y en septiembre de ese mismo año la vicepresidenta ejecutiva, recientemente designada ministra de Petróleo, Delcy Rodríguez, iniciaba las gestiones y requisitos necesarios para, "de manera modesta, pero significativa", solicitar la incorporación del país al NBD.

Con ambos pasos iniciados y un comercio con el bloque en expansión, que incluye a tres de sus principales socios político-comerciales (China, Brasil y Rusia), Caracas tendría todo a su favor para participar de forma incipiente en ese sistema de pago que está por anunciarse en la reunión de Kazán en octubre próximo.

Asimismo, el presidente Nicolás Maduro durante este año ha anunciado en diversas ocasiones la articulación que se va generando en el país con miras a insertarse en las dinámicas propias que tienen los Brics, asumiendo que más temprano que tarde formará parte, con pleno derecho, del grupo de economías emergentes. Más recientemente, en una reunión con el sector de la banca del país comentó que

"Venezuela tiene una vocación de una nueva geopolítica mundial. Pero no solo una nueva geopolítica porque ha surgido un mundo multipolar, tenemos una nueva geoeconomía mundial porque ha surgido una nueva economía mundial. Hoy los bloques de poder económico ya no están donde estaban antes, y es una tendencia irreversible en la historia económica de la humanidad del siglo XXI. Esa palabra que es muy utilizada, ¿verdad? Irreversible es la tendencia y Venezuela está orientada desde hace muchos años ya, pero hoy más que nunca, hacia los Brics. Tecnología con los Brics, mercado con los Brics, capital fresco para invertir con los Brics, socios seguros con los Brics. Tal instancia  ya no se transforma en una opción, ya tiene que ser una vocación de trabajo porque es el mundo del futuro, sin desdeñar de otros mundos".

En este sentido, articularse mirando hacia los Brics+ exigirá un ejercicio complejo que involucre todos los sectores que hacen vida en la sociedad venezolana, insertarse a escala empresarial, productiva, estudiantil, científico-tecnológica y político-diplomática.

Ya no es solo observar lo que implica Venezuela para el bloque: energía, posición geopolítica clave, minerales estratégicos, etcétera: se trata asimismo de ver lo que significa para los empresarios, productores y emprendedores venezolanos un mercado que representa, al día de hoy, 45% de la población mundial, 25% del comercio total y 33,6% de la producción mundial para 2028.

Es una oportunidad que se le presenta a Venezuela para diversificar sus exportaciones y darle valor agregado a la producción nacional a través de los acuerdos de cooperación en materia de I+D, en el que los Brics+ son líderes mundiales. Implica que el país se inserte con mayor impacto en las lógicas político-diplomáticas del orden internacional multipolar que va consolidándose de forma irreversible. 

En este sentido, Brics Bridge abriría nuevas zonas de posibilidad para el intercambio energético y financiero bajo modalidades independientes del sistema dólar. 

Los Brics+, en ese contexto, representan no solo la llave de ingreso al espacio donde se discute el surgimiento de un nuevo mundo sino que implica, por la vía de los hechos, deslastrarse de las amarras que el régimen de sanciones de Estados Unidos y sus aliados occidentales impusieron al país.

Es, en definitiva, una de las instancias donde Venezuela podrá desarrollar todas sus potencialidades de cara a considerarse como potencia latinoamericana y caribeña.