Dom. 10 Noviembre 2024 Actualizado ayer a las 8:39 pm

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El presidente chino Xi Jinping (Foto: Xinhua)

China y su lugar en el mundo

La República Popular China es actualmente el líder global indiscutible en términos de producción industrial y crecimiento económico. Su sistema ostenta el primer lugar en cuanto a PIB en paridad de poder adquisitivo desde 2014, y es la segunda mayor economía a escala mundial en términos de PIB nominal, después de Estados Unidos. En 2022 este indicador alcanzó los 17,9 billones de dólares estadounidenses, con una tasa de crecimiento de 5,5%.

El país destaca en la extracción de carbón, hierro, manganeso, plomo, zinc y antimonio, así como en la industria maderera. Además, es importante mencionar que en su territorio se lleva a cabo una explotación considerable de petróleo, gas y uranio.  Posee la tercera parte de las reservas mundiales de metales de tierras raras como el molibdeno, el vanadio y el antimonio.

Asimismo, se destaca como fabricante líder de productos intensivos en mano de obra y alta tecnología, ampliamente utilizados en la industria de la construcción. Por ejemplo, las empresas chinas generan más de la mitad de las principales elaboraciones de aluminio, acero, cemento, plomo y zinc a escala mundial.

En los años 1980 el gobierno chino estableció varias zonas económicas especiales con el objetivo de impulsar la inversión extranjera directa, la cual se dirigió a 14 ciudades costeras y portuarias. Esto brindó a los inversores extranjeros la oportunidad de ingresar a los amplios mercados internos de China. Además, se abrieron sectores económicos como bienes raíces, transporte, telecomunicaciones y comercio minorista.

Desde hace más de una década China ocupa el primer lugar en el mundo en términos de industria manufacturera.

Durante los últimos 50 años se han construido cientos de nuevas empresas industriales en el país, concentradas principalmente en provincias orientales y costeras como Shanghái, Guangdong, Jiangsu, Liaoning, Shandong, Zhejiang, Fujian, Anhui y Jiangxi.

En cuanto a las exportaciones, China también ocupa el primer lugar mundialmente, actividad que representa 37% de su PIB. Sus principales exportaciones incluyen equipos eléctricos y electrónicos (27%), maquinaria, reactores nucleares, calderas (16%), muebles, rótulos luminosos, edificios prefabricados (4,1%), plásticos (3,9%), juguetes (3%), aparatos ópticos, fotográficos, técnicos y médicos (2,9%), vehículos distintos de los ferroviarios, tranvías (3,6%), artículos de hierro y acero (2,8%). Así, Beijing fortalece las relaciones comerciales con diversas economías nacionales, sin dejar de lado la cooperación con las principales empresas transnacionales.

En los últimos años, China ha logrado expandir significativamente su presencia en el mercado de la tecnología, la automoción y la electrónica. Además, el país es fabricante de diversos equipos de telecomunicaciones, equipos informáticos y de oficina.

La calidad de los artefactos está creciendo. En la última década las marcas chinas han puesto gran énfasis en la calidad: un ejemplo son las compañías exitosas de fama mundial Xiaomi, Haier, Huawei o Lenovo. Sus empresas de alta tecnología han superado las empresas japonesas en términos de participación en el mercado mundial, y continúan cerrando la brecha con las corporaciones estadounidenses.

El rápido crecimiento económico hace que Beijing dependa cada vez más de las importaciones de energía. Este es un proceso bilateral, cuyo resultado ejerce influencia cada vez más en los mercados mundiales de energía, las políticas de otros países, los precios mundiales del rubro, y así se estimula el crecimiento de la producción.

En la esfera económica global, el país asiático continúa desarrollando su infraestructura y sus lazos comerciales globales. La Iniciativa de la Franja y la Ruta sigue atrayendo la atención y el interés de varios países a medida en que China fortalece su papel como socio comercial e inversor. Los países de Asia, África y Europa están cooperando activamente con el país asiático en el marco de esta iniciativa, que contribuye a fortalecer la posición económica de China y a desarrollar los flujos comerciales.

actor clave en la arena internacional

En el siglo XXI China ha expandido su influencia más allá de sus fronteras regionales, lo que ha afectado la distribución del poder en el mundo y ha desplazado centros hegemónicos como Estados Unidos y Europa occidental en varias zonas del globo. Durante la última década, el país asiático se ha convertido gradualmente en uno de los focos geopolíticos y geoeconómicos más importantes, y es reconocido así internacionalmente por los impresionantes cambios que ha acometido a lo interno.

China tiene la capacidad de influir en los procesos globales de manera significativa. Ha llegado a ello con una política exterior que se basa en sus intereses nacionales y en la promoción de una coexistencia pacífica con otros Estados. Uno de los principios claves de su estrategia es el respeto mutuo a la integridad territorial y a la soberanía nacional; China defiende su territorio y su independencia, y espera un trato respectivo en deferencia de los demás países.

Otro principio importante es la no injerencia en los asuntos internos de otros países. China promueve la no agresión mutua y la igualdad y beneficio mutuo en sus relaciones con otros países.

En el escenario mundial, China se opone firmemente al colonialismo, a la hegemonía y al imperialismo, y busca fortalecer el "destino compartido" para la humanidad apoyando a países en desarrollo y naciones oprimidas, en el margen periférico, subdesarrollado y dependiente del sistema capitalista.

La participación de China en las relaciones internacionales es cada vez más relevante debido al creciente poder económico y político del país. En el ámbito del orden multipolar, China ha promovido la cooperación entre países en desarrollo y ha sido un factor importante en la creación y el desenvolvimiento de organizaciones como:

  • Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Fundada en 2001, la OCS es una organización política, económica y militar que incluye China, Rusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán como miembros plenos. La OCS se centra en la colaboración en áreas como la seguridad regional, el comercio y la inversión.
  • Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII). Fundado en 2015, el BAII es un banco multilateral liderado por China cuyo objetivo es financiar proyectos de infraestructura en Asia y más allá. A pesar de la oposición inicial de Estados Unidos, muchos países occidentales, incluidos Reino Unido, Alemania y Australia, se han unido al banco.
  • Foro de Cooperación China-África (Focac). Fundado en 2000, el Focac es un foro que reúne a líderes chinos y africanos para discutir temas relacionados con el desarrollo económico y social. Desde su creación, el Focac ha financiado miles de proyectos en África y ha ayudado a mejorar las relaciones entre China y los países africanos.

Como miembro fundador de los Brics, China ha desempeñado un papel nuclear en la formación y consolidación de la plataforma. Ha sido un defensor activo de la expansión del bloque, ha buscado aumentar su poder e influencia en el escenario mundial y ha procurado el fortalecimiento de la cooperación económica dentro del grupo.

Su impulso en la creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), también conocido como el Banco de los Brics, cuyo objetivo es financiar proyectos de desarrollo sostenible e infraestructura en los países miembros del bloque y otras economías emergentes, y la creación de un Acuerdo de Reserva Contingente (ARC) en los Brics para ayudar a mitigar las crisis financieras y promover la estabilidad económica, son muestras de ello.

La cooperación con el Sur Global y Latinoamérica

El mundo está experimentando cambios en una escala no vista en el siglo pasado. Los países en desarrollo son cada vez más fuertes. La cooperación Sur-Sur desempeña un papel importante para estimular la recuperación colectiva de los países en crecimiento y sostener el progreso continuo de la economía mundial. Eso fue lo que expresó Beijing durante su participación en la cumbre G77+China celebrada recientemente en La Habana, Cuba.

En ese sentido, China busca ofrecer a los países latinoamericanos un modelo de cooperación mutuamente beneficioso mediante el aumento de la inversión en diversas industrias, incluida la de alta tecnología y, lo más importante, a través del ofrecimiento de un poderoso apoyo financiero.

China no solo está efectuando diálogos bilaterales con países individuales en América Latina, sino que también está dispuesta a hacerlo basada en intercambios por bloques regionales, por ejemplo mediante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

A partir de la reunión en 2014 se estableció un plan de cooperación entre China y los países de la Celac para el período 2015-2019. En el Segundo Foro China-Celac en 2018 se invitó a los países latinocaribeños a participar en la Iniciativa de la Franja y la Ruta. En el tercer foro en 2021 se firmó el "Plan de Acción Conjunto de China y la Celac sobre Cooperación en Áreas Claves (2022-2024)", que establece colaboración en tecnologías nucleares, redes 5G, programas espaciales y construcción de infraestructuras relevantes, en el marco de la Franja y la Ruta.

Durante los últimos diez años la inmersión de las naciones de América Latina y el Caribe en una estrecha relación económica con Beijing ha sido evidente, especialmente en los sectores energético y de transporte. China se ha ido posicionando como un socio comercial de vital importancia para los países del área. En 2021 las exportaciones de América Latina hacia China alcanzaron aproximadamente 222 mil 582 millones de dólares, lo que representa un incremento de 31,4% respecto al año anterior. Por otro lado, las exportaciones chinas hacia América Latina se valoraron en 229 mil 009 millones de dólares, un aumento de 52% respecto al año anterior.

Dados estos elementos, la decisión de nuestro país de fortalecer los vínculos con la nación asiática en los ámbitos económico, comercial, financiero, de inversión e infraestructura conviene estratégicamente a toda la república y a su sociedad. Las oportunidades que China brinda, tanto con sus acciones como debido al efecto de estas, incidirán sobre la construcción del nuevo orden multipolar.

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