El reporte diario de hoy, 3 de junio de 2021, del Instituto Robinson analiza lo que está detrás de la última renovación de las licencias emanadas de los Estados Unidos para que algunas de sus petroleras siguieran operando en Venezuela, el pasado martes 1º de junio.
Las licencias fueron extendidas hasta el 1º de diciembre de este año, y fueron dadas a las empresas Chevron, Halliburton, Schlumberger, Baker Hughes y Weatherford International.
Sobre el tema, reproducimos íntegro el reporte:
En medio de las sanciones que aplica Washington contra Petróleos de Venezuela (Pdvsa) el nuevo presidente demócrata, Joe Biden, mantiene la misma política excepcional de su predecesor, el republicano Donald Trump, cuya licencia expiraba el 3 de junio.
Contexto: Chevron opera en el país desde hace décadas y cuenta con aproximadamente 8 mil empleados y en abril de 2020 la Casa Blanca le ordenó reducir gradualmente sus actividades a un simple "mantenimiento" de sus activos.
- Este es el séptimo permiso que Estados Unidos otorga a esa empresa desde enero de 2019, cuando Trump impuso sanciones contra Pdvsa que le impiden tener relaciones o negocios con cualquier firma que opere en la nación norteamericana.
- La nueva extensión de licencia es exclusiva para aquellas transacciones que se realicen por "la seguridad o la preservación de los activos en Venezuela" e incluye a firmas "en las que Pdvsa posee, directa o indirectamente, 50% o más de participación" con Chevron.
Detalles: Mediante la decisión las mencionadas compañías podrán realizar transacciones y actividades que garanticen la seguridad del personal o la integridad de operaciones y activos en Venezuela; participación en reuniones de accionistas y junta directiva; realizar pagos en facturas de terceros por transacciones y actividades autorizadas; pago de impuestos locales y compra de servicios públicos en Venezuela; y pago de salarios a empleados y contratistas en el territorio nacional.
¿Acercamientos?: En enero pasado, el medio Bloomberg informó que Chevron y otra empresa estadounidense, Reliance Industries, se estaban reuniendo con funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos para solicitar una revocación de algunas de las restricciones de la administración Trump contra la industria petrolera venezolana, específicamente solicitaban restablecer las transacciones conocidas como swaps de petróleo que permitirían a las empresas recibir crudo venezolano a cambio de suministrar diésel.
- Ese mismo medio informó en marzo pasado que ejecutivos y cabilderos de la industria petrolera de Estados Unidos, Francia, Italia se reunían en Caracas para evaluar oportunidades de inversión en el marco de las políticas antibloqueo del gobierno venezolano.
Por qué es importante: La continuidad en Venezuela de empresas como Chevron mantiene la oportunidad de dotar el mercado interno de combustible debido a que la empresa mixta Petropiar aseguraría la producción de nafta en los mejoradores diseñados para procesar el crudo pesado de la Faja del Orinoco en petróleo más ligero.
Un aumento en la producción de petróleo no solo impulsaría la economía, sino que también aumentaría el capital para pagar obligaciones incumplidas por la empresa petrolera.
La administración Biden aún no ha dado un giro significativo frente a la estrategia de Trump respecto a Venezuela, aún reconoce oficialmente a Guaidó como “presidente interino” y da señales de que su diseño del colapso en Venezuela va por vías menos efectistas; sin embargo, sostiene el entramado de medidas aplicadas por su predecesor.
Aun cuando la toma del control del Estado venezolano es el objetivo real de la élite trasnacional, en Estados Unidos se mantienen espacios de negociación que evitan el deterioro total de las condiciones de vida de la población, también, aun más importante para esa élite, evita el declive de sus inversiones dentro de nuestro territorio.